40. Olvidar

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- Señor Krilin ¿Puede detallar lo que pasó esa noche durante el incendio?- le repregunto el oficial junto al fiscal a cargo del caso de la enfermera Erana.

- Si, yo me escurri de los bomberos y de la policía, porque temía que la prima de mi ex-novia estuviera en el desastre, ella trabajaba en ese hospital como psiquiatra- contaba con cierto nerviosismo, después de todo había una grabadora en la mesa- Cuando logré entrar en el hospital, busqué entre los heridos y ayudé a algunos a salir. Estaba todo llenó de humo y poco se podía respirar, pero tengo entrenamiento porque, pienso postular a la policía.

Soltó una risa nerviosa al mencionar eso, ya que, como futuro oficial de la ley, rompería quizás algunas reglas para hacer lo correcto.

- No recuerdo como pero llegué al patio del hospital, estaba ahí un poco más despejado por el fuerye aire que hacía. Fue ahí donde la vi, a esa mujer, tenía un hacha en la mano y amenazaba a la prima de mi ex-novia, habían dos pacientes y otra doctora- se detuvo un momento, bajo la mirada y su amigo pudo notar el jugueteo con sus manos, entonces supo que no era el nerviosismo producto de su declaración. Después de tantos años, conocía muy bien a Krilin y sabia lo que sus gestos decían.

- ¿Conocías a alguien más a parte de la señorita Amelia dentro de ese grupo?- inquirio el policía tocando fuertemente la mesa con su dedo índice.

- No, solo a Amelia, no se quién más estuvo ahí, pero eran dos pacientes y una doctora- explicó calmado, esta vez mirando directamente al oficial.

- ¿Luego de ver a la señorita Erana, amenazando al grupo con un hacha, que sucedió?

- Admitió me congele en mi lugar, no sabía que tan peligrosa era la situación, y mi cuerpo temblaba, todo era tan confuso y sucedió rápido- dijo Krilin ante la atenta mirada de su amigo- Pasaron unos minutos y esa mujer se abalanzó hacía ellos, estaba fuera de control. Entonces corrí, ella me escucho desde atrás y me corto el brazo.

Señalo entonces el vendaje que envolvía su tríceps.

- ¿Es así que quedó inconsciente?

- No, eso fue luego de que me golpeara con el mango del hacha- se tomó un respiro y continuó- Es todo lo que recuerdo, luego desperté en el hospital y me dijeron que me habían hallado a las afueras sentado en un árbol.

- ¿No tiene idea de como llego ahí?- le interrogó el oficial, más inciso.

- No lo recuerdo, lo siento- se agachó para mostrar su impotencia al no ser más de ayuda.

- Esta bien señor, es suficiente- señalo el fiscal poniéndose de pie sorprendiendo al oficial quien no parecia muy convencido de la respuesta final del chico rapado- Recibirá una multa por supuesto por haber entrado de manera irresponsable durante el incendio, pero no será encerrado por haber ayudado a esas personas. Le doy un consejo, si va a ser policía empiece respetando la ley, aunque habrá momentos donde se harán excepciones.

Terminó diciendo con una sonrisa divertida para después salir de la habitación de interrogatorios. El oficial morocho le hizo una mirada fina para después irse a traer la multa para que la firmara y pudiera irse a casa.

Así paso, salieron Krilin y su amigo ten shin han de la comisaria. Este se veía decaído la multa no fue nada considerada, pero prefería eso a tener que pasar una noche en la carceleta.

- Me impresionas Krilin- comentó el alto con las manos en la espalda.

- ¿Por qué lo dices? Vamos solo fui a dar un testimonio a la policía- se rascó la cabeza con algo de pena, no sentía haber hecho algo excepcional ese día.

- No es exactamente por eso- aclaró su Ten shin han mirando al frente sonriendo de lado- Fue porque mentiste.

El mencionado se detuvo de forma abrupta y mostró un gesto de indignación además de sorpresa.

PsicóticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora