12. Estoicismo

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En la recepción del nosocomio, a la vista de muchos pacientes y algunos familiares que vinieron a ver los avances de las terapias se encontraron un escenario fuera de lugar cuando ingresaron. Ahí estaba el director del hospital vociferando a un hombre muy elegante del cual poco se sabia, podría ser familiar de un paciente o alguien del ministerio; nadie lo sabia a ciencia cierta. Muchos mirones se quedaron observan, algunos con algo de morbo empezaron a incentivar con sus comentarios a una pelea a puño limpio pero ahí estaba el personal, aquello no sucedería. 

Amelia quedo atenta a todo lo que pasaba, ya se habían quedado un buen rato esos dos hombres tratando de imponer su voluntad. El director tenia sus razones y el hombre de cabellera larga no pensaba desistir de lo que vino a hacer esa mañana. Cuando Marlon paso a su gesto físico el hombre lo miro con severidad, con algunas palabras parecía haber doblegado al director quien con un gesto que dejaba ver su colera se fue de ahí gritándole algo medio en clave a Carol, la cual acompaño al hombre a un lado que Amelia desconocía. 

Cuando ambos hombre tomaron sus caminos el personal del hospital se dispersó regresando a su tareas de la mañana, al igual que Videl pero Amelia fue corriendo con ella para entender que había pasado. La pelinegra burlándose de su curiosidad termino contándole la razón de ese encuentro un tanto acalorado.

- No adivinaras quien era el hombre de traje- comento con ironía- Al parecer es el abogado del homicida, del señor Dai.

- ¿Su abogado? 

- Así es- respondió.

- Pero su cliente es un paciente psiquiátrico. No esta en condiciones para entender su situación o explicaciones jurídicas. 

- Eso fue lo que dijo Marlon- comento Videl- Sin embargo, se le olvido que él esta a la espera de un diagnostico, se podría decir que aún no es un paciente psiquiátrico como tal. Además, por la gravedad de su crimen; esta en su derecho estar al tanto de su juicio. 

- Entonces... eso quiere decir...

- Exacto- la interrumpió- Hasta que no haya un diagnostico formal de su condición, se puede decir que tiene la conciencia suficiente para conocer su situación jurídica. Además dijo que quiere protegerlo de los abusos en los que puede estar expuesto y esas cosas. Bueno eso fue lo que entendí del distinguido, estaba guapo ¿No crees?

- Supongo que un poco- declaro apenada pero volviendo al tema en cuestión- ¿Abusos?

- Si, vino con un discurso de como los psiquiátricos aplastan los derechos humanos y la dignidad. Por eso Marlon reacciono de forma brusca y lo empujo. 

- Debió ser eso. Marlon no es alguien imprudente- Videl la miro como queriendo reírse de ella, cosa que la dejo confundida.

- ¿Qué pasa?

- No es nada, solo que olvidas que Marlon contrato a una prostituta para que trabaje aquí. Eso es muy imprudente de su parte.

- Lo había olvidado- susurro recordando el asunto ese que le comento hace unos 6 días- ¿Qué debería hacer ahora?

- Yo que tu me apuraría en entregar ese informe. Así Marlon se calma y deja de gritarle a Carol, y ella deja de joderme a mi. Sencillo- sentencio antes de despedirse de Amelia para ir al pabellón P, tenia que ir con su paciente. 

Amelia se quedo un rato sentada en las bancas de la recepción pensativa, en su bolso tenía el primer informe donde redacto su paciente no sufría de ninguna psicosis y sus argumentos que lo sostenían. Ahora que el director estaba en su despacho pensaba en ir pero habría de encontrarse de mal humor seguro, por ello, concluyo debía esperar un poco para que se calmara. 

PsicóticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora