20. Estrategia

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Los débiles rayos del sol empezaban a caer por el ocaso del dia. Amelia se había quedado en el cuarto de servicio por casi seis horas. No entendía a un como sobrevivió pero el haber traído su almuerzo y el celular cargado le habían ayudado en su estadía en el lugar. No se aburrió demasiado en el cuarto, tampoco fue muy incómodo.

Una vez Videl se había ido acomodo más cajas como un sofá cama donde permaneció la mayor parte del dia.
Jugaba uno de esos juegos con anuncios cuando su alarma sonó, ya eran las 7 p.m.
Percatándose de la hora se levantó de ahí tomando su bolsa y salir del cuarto. Se asomó un poco por la puerta asegurándose que no hubiera nadie en el pasillo, como la habitación estaba casi al final cerca de la escalera de emergencias entonces la zona no era muy recorrida.
Se alivió al no ver a nadie por ahí, saliendo al fin de su estadía para llegar al encuentro de Dai.

Camino cabizbaja por el pasillo tratando de no se reconocida y así no tener que saludar a nadie.
Mientras caminaba pensó en como entrar, pedirle a Erana que le abriera podría levantar suspicacias en torno a su visita; como podría hacer entonces, pensó.

Se colocó al costado de la sala de enfermeros para idear un plan. Pero no hubo necesidad ya que por casualidad encontró a Dave tomando un café cerca de donde estaba ella. Pedírselo a él, podría ser la mejor opción.
Fue hasta él con una refrescante sonrisa para asegurar le hiciera el favor.
Cuando este la vio le sonrió igual, entonces Amelia procedió a pedirle que la llevara con su paciente ya que había algo que tenía que hacer. Dave pareció dudar ya que había pasado las horas de terapia, entre las 7 y 8 los pacientes debían dormir.
Amelia no se rindió, tratando de disuadirlo le enseño un sobre el cual se suponía tenía una orden del director, pero estaba vacío. Esperaba despistarlo con ello, un poco temblorosa se quedó expectante a su respuesta.
Dave lo miro tocando su barbilla pensativo, podría ser verdad que le urgía ver su paciente, por otro lado el señor Marlon nunca escribía órdenes, menos las ponía en sobres. Observó la expresión de su compañera un momento, dándose cuenta de sus intenciones le mostró un rostro gentil y la llevo a la habitación de Dai.

Amelia casi da un brinco pero se contuvo, no podía verse más sospechosa.
Pasos ligeros sonaron por el eco del pasillo, siendo observados por uno que otro paciente a punto de irse a dormir, no habían enfermeros casi por ahí.
Dave saco el manojo de llaves buscando el de la puerta de su paciente. Amelia se fijo bien en que llave tomaba, nunca se sabía cuando habría que ir más allá de las reglas, debía estar atenta.
Cuando llegaron el moreno ingreso la llave en el pestillo que soltó un crujido para después acceder a la habitación.

Este volteo a mirarla breve para susurrarle que se diera prisa, luego regreso por el pasillo a su lugar. Amelia no entendió del todo pero acató la advertencia, o eso parecía ser, ingresando de una vez para hablarle a Dai sobre lo que pasaría mañana.
Al entrar lo vio viendo la ventana, se pregunto porque lo hacía pero no era el momento para aquella interrogante.

Dai al sentir que abrieron la puerta se fijo que era la doctora, suspiró tranquilo, creyó por un momento se trataba de la enfermera caótica.

- Señor Dai, como prometí- susurro quedando frente a él, quien en la casi oscuridad poco podía verse su faz; quedando el brillo de sus iris violetas- No tengo mucho tiempo, seré breve. Por favor, preste mucha atención.

- Adelante- dijo Dai fijando su mirada y agudizando su oído para oír cada palabra.

- Muy bien.

Comenzó a relatar cada movimiento que ella haría cerca de las 9 am en la oficina del director, para que a la hora del descanso el sería llevado a la sala común donde estaría con otros pacientes. Amelia se haría cargo de informarle al director sobre su reporte mientras lo llevaba a la sala común para hacerle una visita. No era raro que los doctores escribieran los males mentales de los enfermos mientras eran observados. Sonaba como ver a un animal de zoológico pero se trataba de una formalidad entre los psiquiatras para demostrar que sus diagnóstico son acertados.
Esa seria la parte donde Dai tendría que actuar. Entre tanto le contaba lo que tendría que hacer Dai, este la detuvo; le parecía algo insólito, no creía que pudiera hacer lo que pedía Amelia.

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