HUNTER ━ Stiles Stilinski

45 ━ ¿Debería quedarme o irme?

[Capítulo Cuarenta y Cinco]

En el momento que sus ojos se abrieron supo que algo andaba mal. Él había muerto en los brazos de Stiles, pero ahora se encontraba tirado en medio de un campo. Con cuidado se levantó y quedó extrañado al no sentir nada de dolor, ni ese sabor metálico en su boca, era como si nada hubiera sucedido. Un ruido a sus espaldas lo alertó y volteó para ver de dónde provenía ese sonido, dándose cuenta de las dos figuras sentadas debajo de un árbol.

—Creíamos que nunca despertarias.— dijo el chico con una sonrisa

Michael comenzó a caminar hacia ellos, reteniendo el aliento cuando notó quienes eran: Jean Argent y Marie Jeanne Valet. Se notaba una gran diferencia entre ellos, la última vez que los había visto en visiones tenían un aspecto muy sombrío, pero ahora se veían felices y libres.

—Queríamos agradecerte por lo que hiciste Michael.— dijo Marie Jeanne con una pequeña sonrisa

Ese comentario tuvo que hacerle sentir bien, pero no, lo único que Michael sintió fue una rabia incontrolable.

—¿A qué te refieres "a lo que hice"? ¡No tuve ni una jodida opción!— gritó lleno de rabia.— ¡Yo no pedí morir y menos por un desconocido! ¡Tenía mi vida hecha, por primera vez era feliz en años y ustedes me arrebataron esa oportunidad!

Su respiración estaba muy agitada, miraba con rencor a aquellos dos jóvenes y sentía cómo su labio le temblaba debido a las ganas de llorar que tenía. Marie y Jean se quedaron quietos sin ninguna expresión en su rostro y lo siguiente que Michael escuchó lo dejó con la sangre helada.

—¿Por quién crees que conociste a tu manada?— habló Marie con frialdad, Michael los miró a ambos atónitos.—Debido a mi promesa es que terminaste en ese pueblo.

—¿Qué? ¿Estás diciendo que toda mi vida fue planeada por ustedes?

—Nosotros solo te guiamos, Michael, las decisiones las tomaste tú.— explicó Jean tranquilizando al castaño

Michael al oír eso, dejó de pelear y se acercó a ellos. El campo era muy bonito, estaba cubierto de grama pero lleno de flores también, había de mucha variedad, a lo lejos podía ver un pequeño río y de vez en cuando a algún animal asomándose, era una vista hermosa.

—¿Este es el más allá? ¿Realmente morí?— preguntó en un susurro viendo cómo ambos negaban

—Estás en el limbo, no estás ni vivo ni muerto.— comentó Marie Jeanne y Michael no pudo evitar verla, si se parecía a su hermana pero el rostro de Alli era dulce y alegre, el de Marie era con expresión dura y determinada, pero la mujer siguió hablando sacándolo de sus pensamientos.—En tu cuerpo vivían dos almas, la de Jean y la tuya, pero Jean fue completamente libre cuando mataste a la bestia, y fue esa parte de tu alma que murió, ahora solo queda tu alma y por eso es tu decisión si vives o mueres, Michael.