SOÑAR CON LOS ANGELITOS

366 31 28
                                    

AVISO: Al final del capítulo encontraréis una referencia a la canción que hay arriba. Ponedla cuando aparezca, y dejadla hasta el final.


----------------------------------💚💚💚-------------------------------------------------------

- Q-qué... qué quieres decir? - A Vegetta le había temblado la voz.

El corazón se me hizo pequeño unos segundos, apretándose contra mi pecho.

- No puedo seguir con esto - El pulso me temblaba, y todavía estaba cansado después de todo lo que había ocurrido. Me costaba continuar - no así.

- Así...¿cómo?

- Mintiendo - Alcé la cabeza repentinamente para mirarle a los ojos, aunque los míos continuaron ocultos. Me llevé las manos al pelo, a la parte de detrás cerca de la nuca, deslizando los dedos con frustración - Engañando, escondiéndome y fingiendo que todo va bien.

- Oso...

- No estoy bien, Vegetta. No estoy nada bien. Cada día, cada noche, tengo miedo de los sueños, de dormirme, por si vuelven las pesadillas. Hace ya tiempo que no las tengo ¿pero quién sabe si volverán? Me cubro, me hago el loco y retengo lo que soy y lo que siento...

- Yo nunca...

- Te mentí Vegetta. No llevo la máscara para vivir mi propia aventura. Empecé a cubrirme cuando no encontraba otra manera de escapar de mi vida. Y aquí estoy. Llevando una doble en secreto, pero mintiéndole a la persona que más quiero porque soy incapaz de ser yo mismo si no llevo una máscara que me cubra.

- Pero entonces no me estás engañando. Con ese trasto puesto estoy conociendo al verdadero tú. Y te prometo que no me importa que prefieras mantener el anonimato. Todo a su tiempo. Y si no estás preparado, o si no estás seguro... yo no voy a exigirte que te la quites. Es tu decisión y tu privacidad. Y si yo no la respetase, sería MÍ problema, no el tuyo.

- Tú y yo ya nos conocemos Vegetta. Demasiado. Y piensas en dos personas distintas cuando en realidad solo hay una. El oso no existe. La persona que hay detrás de la máscara es la que llevas conociendo día a día desde el principio. ¿Y por qué ha de ser esta otra versión de mi la que se atreva a acercarse?

- Es que no creo que haya dos versiones. Es como una moneda oso, y la cara que muestras a los demás no siempre es acorde a la otra. No son dos versiones distintas, es una sola que decide que parte de sí mismo le enseña a cada persona. Y eso está perfecto.

Me quedé en silencio un momento, procesando lo que acababa de decir.

No había visto las cosas desde esa perspectiva. No lo había pensado de ese modo... y tenía razón.

Mierda. Vegetta tenía razón.

Lo abracé, pillándolo un poco por sorpresa.

Ish... quizás un abrazo muy directo... no, no, me lo estaba devolviendo, esa era una buena señal.

- Gracias - Susurré en su oído.

- Para eso estamos.

Sin embargo, algo no terminaba de estar del todo bien. Mi corazón seguía apretado, y la culpa no se iba. Respiré profundamente, preparándome para lo que se venía.

- Esto sigue estando mal, Vegetta.

- ¿Qué? - Se apartó de mí.

- Me da igual mi puta privacidad, sigue siendo injusto que tú estés con alguien al que ni siquiera conoces.

Tras la máscara - RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora