AL AGUA PATOS

214 20 12
                                    

----------------------------------------💜💜💜-------------------------------------------

Estábamos los dos sentados sobra la rama de un árbol alto, con la noche pasando por delante de nuestras narices, y sin un solo indicio de traficantes. Empezaba a cansarme.

- ¿Estás seguro de lo que has oído? – Era como la décima vez que Rubius me lo preguntaba.

Estaba jugueteando con una rama suelta, expresión de aburrimiento, y la máscara completamente subida. Su excusa era que nadie iba a vernos ahí subidos, y que no tenía ganas de estar tapándose la cara cuando no era necesario.

Pensé en darle unos cincuenta argumentos de porqué eso no era una buena idea, pero teniendo en cuanta que no iba a escuchar ni uno solo de ellos, y terminaría haciendo lo que le diese la gana, lo consideré una pérdida de tiempo y saliva.

- Ya te he dicho que sí.

Sin embargo, justo cuando ya empezábamos a tirar la toalla, un pequeño barco se acercó hasta el puerto. Sonreí de oreja a oreja, y le bajé la máscara a Rubius con tanta inercia, que casi se cae del árbol.

- Me llegas a tirar y te juro por todos los dioses que me pagas la cirugía de columna.

- Calla, tenemos que acercarnos ya.

Empezamos a movernos, deslizándonos entre las sombras, a sabiendas de que no sería muy difícil deshacerse de los traficantes.

- ¿No te parece un barco muy pequeño?

- Deben ser explosivos comprimidos. Pequeños, pero letales.

- Anda, como Alexby.

Rubius y sus ocurrencias a las 4 de la madrugada. Reí.

- Sí, más o menos – Admití, dándole la razón.

- Bueno... – Susurró él - Los noqueamos, los atamos, los dormimos... ¿qué quieres hacer con ellos?

- ¿Puedes meter el somnífero que me pusiste a mí en una bomba de humo?

No podía verlo a través de la máscara, pero estaba seguro de que sonreía al recordar ese momento.

- Eso lo tengo ya listo.

- A veces me sorprende de donde sacas tantas granadas.

- Luego te lo explico – Se rió.

Los traficantes empezaron a sacar cajas, dejándolas en una pequeña habitación apartada. Le iba a dar ya una señal a Rubius para que lanzase la granada, cuando un destello de indecisión me cruzó la mente. Algo... que no estábamos teniendo en cuenta.

- Rubius.

- ¿La tiro ya?

- No. ¿Ese somnífero es inflamable?

- No.

- Y la granada cuando explota, ¿suelta una chispa?

- ...

- ¿Rubius?

- Mierda. Tenía que haberlo puesto en las otras,.

Genial. Ideaza. Lanzar una granada con chispa que prende rápido, en un cuartillo de explosivos. Definitivamente teníamos que haberlo pensado mejor.

- ¿Los atamos o... a la vieja usanza? – Preguntó bajito.

Vi un bate a mi derecha.

- ¿Quieres que te enseñe como te dormí yo a ti? – Dije dulcemente, mientras lo señalaba.

Rubius bufó.

- Ya puedes agradecerme que yo lo hiciera con un somnífero.

- Lo que tu digas. Vamos.

Tras la máscara - RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora