SCP 1471 - [Un Mundo Irreconocible]

Capítulo 23 - Ni una palabra (1)

-¿Eso es todo?

-Eso es todo.

El guardia en el interrogatorio hizo una mueca de desagrado.

-No engañas a nadie niño. Solo has dicho lo que podemos saber de las cámaras y del interrogatorio de los demás ¿Como invocaste a... a... ya sabes quién y que este no te secuestrara o algo así?

-¿Blackie? Ya le hice entender que es estúpido que solo se lleve sin más todo lo que lo mencione. Solo acumula información redundante.

-¿Cómo lo hiciste?

-Obviamente, a través de la plataforma esa.

Al guardia no le hizo ninguna gracia que lo mirara como un idiota cuando el chico alzó la ceja ante su última pregunta. Su actitud ha dado un giro radical respecto a las ocasiones anteriores, ya que esperaba que fuera más servicial.

Conteniendo el gruñido de fastidio que estaba loco por soltar, continuó preguntando.

-¿Qué fue lo que apareció cuando reviviste que solo podías ver tú hasta que comenzaron a herirlo?

-No puedo decirlo.

Saber que la Fundación que suele especularle en saberlo todo, y que ahora estén tan perdidos como él lo estaba en esos casos le daba satisfacción.

Bastante de hecho.

El guardia se hartó de esa respuesta dada. Llevaba más de una hora de interrogatorio improductivo por culpa de eso.

-¿¡ENTONCES QUE COJONES PUEDES DECIR HIJO DE LAS MIL...!?

-¡¡¡DETENTE!!!

Con un portazo y un grito, Jack Bright aparece repentinamente para detener al guardia iracundo que parecía querer arrojar la mesa metálica abollada sobre Quentin.

Sujetándolo firmemente por el hombro lo empuja suavemente para sacarlo de la sala de interrogatorios.

-No serás amonestado esta vez, pero espero, por tu bien, que tu comportamiento reciente sea un desliz por la mala noche que tuvimos ¿Entendido?

El guardia notó pronto el amuleto único y por tanto la identidad de su portador, por lo que palideció al comprender la amenaza sutil y asintió como un pollo picoteando antes de irse velozmente.

El Dr Bright toma asiento y estudia a Quentin Burnett. Este último a su vez lo estudia a él, o más bien, al medallón donde reside realmente su mente, alma y ego.

Luego de varios minutos mirándose mutuamente, Bright 'rompe el hielo'.

-Alexandria, danos privacidad absoluta.

-¿Otra vez?

Quentin repentinamente sintió malestar de estar en la misma sala que la anomalía humana.

-¿Cómo... qué... otra... vez...? -el tono empleado al hablar lentamente erizó la piel del muchacho.

Bright tenía una falsa sonrisa mientras miraba la cámara en la esquina, detrás de Quentin.

-Uhh... ehh... Tengo un vacío en las grabaciones de las salas de interrogatorios privadas y solo tú estabas cerca. Supuse que habías hecho algo similar recientemente ¿Estaba mal que hiciera el comentario?

Bright se frota el puente de la nariz brevemente mientras cierra los ojos.

-Alexandria... si fueras una empleada humana te daría un ascenso por tu diligencia, pero pondría en tu currículo que te mantuvieran bajo vigilancia estricta. Eres demasiado buena para no mantenerte callada cuando debes.