Capitulo 3: Cazadores Y Presas

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La tarde estaba cerca, el sol se alejaba poco a poco del cielo y se acerco a el horizonte mientras su luz baño la tierra.

La fortaleza imponente se mostraba orgullosa en las zonas cercanas a el bosque, no era una región agradable del imperio pero aún así.

Era bastante tranquila de no ser por algunas bestias en las montañas que solían atacar, aún que solo en épocas de verano y primavera.

Con el invierno próximo, esos problemas desaparecerían y podrían centrarse en sus verdaderas tareas de interés.

El anuncio de la corona imperial ya había sido anunciado, aún que el alto mando de la inquisición planeó esto por 1 año.

Algunos ya hacia 1 semana iniciaron la caza de los prófugos, los herejes que una ves habían defendido el estandarte del ciervo.

Ahora estaban por ser las víctimas de su propio país, el hombre en el balcón lo sabía.

Sus pasos eran lentos y tranquilos con la luz del sol en su piel calentando esta.

Su cabello largo castaño estaba desalineado por su tarde de diversión, la mujer en la cama detrás de el dormía y el aún con energía.

Disfruto del vino con un sorbo tras otro, era una tarde tranquila y los soldados vivían su vida diaria en paz.

No había guerra desde hacía 2 años y el país se recuperaba lentamente de la purga.

Octabio Leined lo sabia, un hombre de 30 años que había servido al imperio desde sus 17 y vivió una década en el infierno.

La última purga con los bárbaros le había costado la vida a 7 de sus amigos, una secuela que jamás olvidaría era ver sus rostros mientras eran quemados vivos.

El fruncio el ceño ante este recuerdo, no quería verlo de nuevo pero la imagen jamás se fue y los brujos irónicamente le salvaron.

Antes ellos le dieron una nueva oportunidad en la vida y ahora se las arrebataba.

Cazando, matando, quemando y esclavizado a los héroes de la guerra.

-Octabio: Este mundo tiene un retorcido sentido de recompensa...

Susurro antes de dejar caer el vino de su copa de metal en una estatua, la misma era de un hombre tallado de muy mala forma.

Se supone que debería ser similar a la imagen del dios del agua, pero más que un dios parecía una Demi-Humano deforme.

-Octabio: Jaja...

Dejo salir una leve risa entre dientes y dejo la copa en el balcón a la ves que escucho la puerta ser golpeada 3 veces.

Atravesó la habitación algo austera de paredes de piedra y suelo de madera, los muebles estaban si bien un grado por encima del lugar.

Su rango de noble no era suficiente para darle una mujer decente y se conformó con la hija del panadero de la fortaleza.

Al abrir la puerta pudo ver a uno de sus hombres, su armadura de hierro forjado tenía el escudo del imperio en su peto.

Sus brazos, piernas y cabeza igual que su torso estaban cubiertos de hierro forjado.

El equipamiento estándar de un soldado imperial sagrado, este consistían una armadura de cuerpo completo bajo una túnica azul.

Un escudo del leon se podía ver en su pecho acompañado de negro, blanco y algunos cinturones para sus bolsas de herramientas.

Sumado a esto tenía su espada larga que era distintiva del imperio luznyo, ya que la mayoría de los hombres desde jóvenes aprendían a usar esta arma.

Overlord: El Rey De Los Brujos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora