El olor fue lo primero que le hizo saber que no estaba en una cama, las barracas de los soldados tenían a oler tan mal como las letrinas.
Quizás por su cercanía o el hecho que los heridos solían permanecer con los efectivos en buen estado. Ya que los sacerdotes daban prioridad a los oficiales y nobles antes que los rasos. Debido a eso, pudo saber que el ambiente era diferente.
El aroma a sangre y muerte era fácil de reconocer, para el que paso su vida luchando. Fue como si la batalla lo llamara y debia responder. Sus sentidos despertaban poco a poco, su cuerpo le dolía y en especial la parte posterior de su cráneo.
- ¡Por Luznia!
Un grito le termino de despertar mientras se levantaba con sus dos brazos y alzaba la mirada. El yelmo era un problema, lo sujeto y arrojo lejos.
La luz cegó su campo visual y el olor se hizo mayor. El frío del norte y el sol le hicieron recordar su razón de estar aquí.
- ¡Aaaaggghhh!
Un chorro de líquido rojo mancho su rostro mientras se enderezada y sentía todo, los cientos de hombres luchando a su alrededor.
Demasiado centrados en seguir con vida como para notar que estaba inconsciente y al alcance de la espada. Tanto aliados como enemigos luchaban por sus ideales, sus razas, sus deidades y sus señores.
Vio a sus hermanos de armas, todos en armadura. Equipados con espada y escudo, luchando por lo que creian que era un derecho divino de su especie.
Desafiaron a las bestias cubiertas de pelajes gruesos, estos seres caninos los cuales portaban garras capaces de perforar la carne y fauces qué podían quebrar huesos sin problemas.
La batalla solo se hacia más grande y sangrienta segundo a segundo. Más de mil de ellos los estaban invadiendo, la fortaleza había sido quebrada en su muro occidental.
A medida que las columnas de humo negro se alzaban en el firmamento, avisando de la caída de este baluarte. Los defensores de Corona De Plata mantenian el patio principal, habian cuerpos de sus hermanos en los alrededores y sintio la sangre en su boca.
- ¡Por El Rey Harald! ¡Por El Príncipe Sigurd! ¡Justicia Por Sigurd!
Grito alguna bestia no muy lejos, alzando su hacha ensangrentada en alto y saltando desde las almenas.
Cayendo sobre un muro de escudos junto a 5 de sus compañeros, rompiendo la formación y causando más perdidas. Hechizos y flechas viajaron por los alrededores.
Los pernos de las bajistas ancladas a los muros, en la zona de las almenas. Rompieron los muros de lanzas de los hombres lobo, quienes mantenian una ofensiva casi ininterrumpida. En dirección al corazón de la corona que era esta fortaleza, ubicada sobre una colina y que tenia un lago a su lado.
La mañana había comenzado no con la campana que anunció el cambio de guardia, sino una detonación en el muro defensivo y la lluvia de escombros. Los cuernos de batalla se oyeron poco después y de entre la niebla generada por el polvo.
Llegaron ellos, portando espadas cortas de doble filo y escudos redondos de color negro con una garra roja grabada en el centro. El clan de salvajes más odiado y temido de este mundo helado en el norte.
Se lanzó hacia la reconquista he inicio una matanza, el era uno de los pocos de la guardia nocturna. No vio el inicio de la batalla, estaba en el patio de entrenamiento hablando con uno de sus amigos antes de salir disparado por una rafaga de viento contra una carreta llena de suministros.
- ¡POR SIGURD!
Clamaron los guerreros que habian perdido a su futuro Rey y señor a manos de este imperio absolutista y déspota.
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Overlord: El Rey De Los Brujos
FanfictionEl ser supremo no estaba en Nazarick, no estaba con sus NPC, no estuvo en su gremio y sobre todo. Estaba solo, en el cielo viendo el contador acercarse al 0 final que daría fin a una etapa de su vida, pero algo cambio. Llegando no 600 años después d...