FREEN SAROCHA—¿Y por qué no vas a trabajar hoy? te quedaste todo el día en casa, y has estudiado en tu habitación —inquirió mi madre.
—No me apetece volver ahí, mamá —dije con seguridad llevando el vaso de agua a mis labios.
—Algo que te destaca es que tú no dejas de ir a un sitio por el simple hecho de que "no quiero ir" –apoyó sus antebrazos en la mesa—. ¿Qué pasó, Hija?
Becky. Eso pasó.
—Estoy cansada, no quiero ir. Quiero concentrarme en mi universidad...
—La excusa mas barata que me han dado en todos estos años. Y come, por favor.
—No tengo hambre —hice a un lado el plato—. Sabes que no me gusta casi comer.
—Y si sigues con ese desorden tendré que llevarte a un nutriólogo —la miré con desdén—. Y no me mires así, Freen. No me está gustando para nada eso.
—Lo dejé porque no soporto a Becky, mamá —cambié de tema rápidamente—. Por eso lo dejé.
—Algo así me suponía —suspiró—. ¿Qué hizo?
—Existir. Eso hizo.
Mi madre reprimió una sonrisa, —Entiendo. ¿Y ya por eso no vas a volver a ese trabajo?
—Me cansé, siempre tiene una excusa tonta de los pasos, siempre es un problema que cree que estoy descordinada y yo te prometo que lo intento pero es que... —sostuve las palabras—. No estoy de ánimos.
Bajó la mirada, —Lo siento.
—Ya no importa, mamá, a mí también se me olvidó eso —dije jugando con el agua de mi vaso—. Supongo que papá no estaría tan feliz si supiera que olvidamos la fecha de su muerte.
—He tenido muchas cosas en la cabeza, pero podemos ir más tarde si gustas.
—Es tonto, ya da igual. Iré luego —hice el amago para levantarme de la mesa, pero mi madre justo me llamó.
—Tu padre fue un hombre maravilloso, Freen. Aunque no tuviste esas oportunidades que hoy quieres —mis ojos se cristalizaron—. Él si puede verte.
—Gracias, mami —dije muy bajito.
Hoy era uno de esos días en los cuales prefería quedarme en casa, mirando a la nada, claro, no exactamente ya que había algo. Pero sí prefería estar haciendo eso a tener que aguantar los reclamos y los malos tratos de la Señorita Gruñona.
Cada año por estas mismas fechas, trataba de ser lo mas amable posible diciéndole a todos que prefería estar en casa a irme de fiestas o ir a la universidad, claro, eso ya era obligatorio; pero socializar y fingir que era feliz, tampoco era mucho mi fuerte.
Mamá intentaba animarme, cuando en diversas ocasiones la escuché llorar. Extrañaba a papá, así como yo lo quería tener cerca, que aunque me digan que él en estos momentos me miraba desde arriba o que está posicionado a mi lado; eso no era suficiente. Yo no quiero la sombra de un espíritu.
Avancé hasta una cajita de noche, donde tenía guardado mucho de los poemas que él escribía. Mamá me dijo una vez que le era muy fácil sentarse en una mesa a escribir sobre como eran sus pensamientos o sentimientos. Pero más que tener imaginación, tenía un gran corazón, que era lo que utilizaba para darle de comer a los mucho de sus alumnos. Porque sí, era profesor.
Le gustaban los niños, y tengo entendido que él los amaba también.
Su corazón era del tamaño de esta casa o quizá más. No tenía paredes ni límites para ofrecer lo que ni siquiera tenía.
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AMOR DE CINE || FREENBECKY
RandomBecky Armstrong es una bailarina muy famosa, conocida por hacer las mejores coreografías y saber que su trabajo siempre es y será primero. Alejando su vida de las cámaras y haciéndolas privadas; tiene a una fan que muere por conocerla y saber más de...