18. Dulcemente

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MARATÓN 5/6

NARRADOR OMNISCIENTE.

—¿Qué le ocurre? —inquirió Freen.

—Pánico —dijo Friend—. Becky tiene pánico y parece que vio algo no muy lindo.

—Hay que detener todo —sugirió William.

—No —habló Jimin, sorprendiendo a todos.

—¿Qué?, ¿por qué no?

Jimin era el que se encontraba más tranquilo de los cinco.

—Sal con ella, Freen —musitó Jimin.

—Ni loca. No me sé esa coreografía.

—La practicamos un millón de veces, ¿no lo recuerdas?

Freen frunció el entrecejo.

—No entiendo la necesidad de enseñarme este baile —dijo Freen.

—Bueno, es por si las dudas. Dices que eres una increíble bailarina. Lo veremos.

—Pero no puedo hacer eso —dijo aquella.

—Freen —William la llamó—. Eres la única aquí que se la sabe. Por favor.

—¿Y si no me sale? —se cuestionó—. No puedo chicos.

—Becky necesita un incentivo —habló Friend—. Tú puedes serlo.

—¿Y por qué yo?

—Freen —Engfa intervino—. Esta vez yo también te lo voy a pedir. Mírala, no puede ni siquiera mantener la mirada fija, estaremos a la par del escenario por si pasa cualquier accidente, pero esta vez ellos necesitan tu ayuda.

Freen se pasó la mano por el cuello. No estaba segura, pero algo tenía que ocurrir para que Becky hiciera esa presentación.

—Espero no fallarles.

Todos sonrieron menos Jimin, este seguía analizando las cosas.

Todos se pudieron escondido en el escenario para así poder ver todo más de cerca. Freen se preparó para aquello y para todas esas personas frente a ella. No tenía ni idea de que tan lista estaba, pero ahora se sabría.

Carraspeó y salió recibiendo la luz del escenario, con rapidez tomó la mano de Becky posicionándose a su lado.

La castaña frunció el entrecejo y miró aquellas manos, un escalofrío barrió toda su columna. Fue subiendo la mirada hasta encontrarse con la de Freen. Fue tan solo en ese momento donde se sintió a salvo, donde sintió que tenía una soga bien amarrada, asegurándole que nada le ocurriría.

Freen era ese lugar seguro que no sabía que tenía.

Mientras que la otra se dio cuenta del miedo que escondía su mirada y que no era un Iceberg. Becky sí tenía sentimientos bonitos.

—Relájate —susurró Freen solo para Becky—. Estoy aquí.

—¿Qué haces?

—Es la única manera de que bailes, Becky.

—Ni siquiera te sabes el baile.

—Solo déjalo estar.

Aquella no lo discutió porque tenía razón.

Su corazón se sintió más en paz cuando Freen salió.

Tanto el padre de Becky como la madre estaba impactado ante aquello. Ambos sabían que Becky detestaba a muerte el contacto físico y mucha de las veces odio bailar con alguna bailarina. Su madre lo sabía a través de William y su padre porque en diversas ocasiones lo presenció.

AMOR DE CINE || FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora