FREEN SAROCHA—¡Yo quiero abrir mi regalo! —saltó Fanny, buscando su regalo entre los tantos debajo del árbol de navidad—. Pero... mi regalo lo debe tener mami.
Becky me miró, quizás esperando algo de mi parte, porque según ellas dos, el regalo de ambas lo debo tener yo. Pero no es así.
—No, mi amor, ese regalo no se te pudo cumplir —acaricié la cabellera negra de Fanny—. Además, creí que ya era suficiente con Bryan.
—Sí, sí, sí —Fanny dio pequeños—, pero quería otro hermanito, así somos tres.
Levantó tres de sus deditos, para hacerlos notar a Becky y a mí. Becky se acercó y cargó a Fanny con cuidado, sentándose en el mueble con la pequeña en sus piernas, y arreglando el vestido de su hija.
Fanny tenía uno parecido a Becky, mientras que Bryan, quien se encontraba jugando con unos bloques en su andadera, se parecía mucho más a mí. Eran diferentes, pero iguales, ambos compartían rasgos míos, pero Fanny tenía mucho más parecido a mi esposa, su nariz, o sus mejillas, era como ver a una mini Becky.
—Nos encantaría darte otro hermanito, princesa, pero en estos momentos ni tú mami ni yo podemos, pero eso no quiere decir que exista la posibilidad en un futuro, de ser así, lo haremos, sino pues ya tienes a Bryan, el cual te amará cuando crezca y te cuidará mucho, ¿lo entiendes, mi niña? —explicó con paciencia, ganandose un asenitmieto por parte de Fanny.
—Sí, lo entiendo muy bien, Mamá, pero... —jugó con sus manitas—, eso quiere decir que tú y mami se querrán para... para siempre, ¿no?
—Sí, el amor puede durar para siempre, pero eso es una conversación que tendremos luego, Arte, ahora queremos que vayas a lavarte los dientes que es hora de irte a dormir, mañana abriremos los regalos junto a Charlotte y Engfa, vamos, corre.
Al Fanny correr escaleras arriba, Becky me jaló para subirme en sus piernas y darme un largo beso en los labios, lo sentía como si fuese el primero. Nuestro amor se fortalecía, Becky hacía lo posible por no dejar de ser esa mujer dulce y amable, y yo hacía lo mismo. Quería eso para nuestros hijos, una relación donde hubiese respeto, donde notaran que sus padres no son solo pareja, sino amigas.
Que se respetan y se valoran entre sí, quería eso para los dos.
Y para nosotras también.
—Tú me diste le mejor regalo del mundo —Becky entrelazó sus dedos con los míos—. A unos niños preciosos, Freen. Pero no te he dado tu regalo aún.
—Me lo darás mañana, mi amor —dejé un beso en su mejilla—. Te amo, Becky.
—Yo más —miró hacia Bryan—. Tu mami siempre se ve hermosa.
Bryan balbuceó mostrando esa pequeña sonrisa, nosotras nos enternecimos, y yo lo cargué para llevarlo arriba, donde estaba su cuna. Era un niño grande y fuerte, no solía hacer berrinches y era tranquilo, igual que Fanny, teníamos que tomarle la hora cada cierto tiempo para darle de comer. Me encargué de dormir a Bryan, mientras Becky se encargaba de Fanny.
Al yo terminar primero, me dirigí a la habitación de mi hija, donde las dos parecían estarla pasando bien, me recosté del marco de la puerta y permanecí ahí, con la mirada en ellas.
—Uy, no, no te puedes vestir de Santa, mamá –rio Fanny.
—¿No?, solo me falta la panza, pero eso se puede buscar, nunca dudes de mí —causó cosquillas en nuestra hija—. Y seré la mamá santa.
—Y me traerás todos los regalos —añadió Fanny, acostándose mientras Becky la cubría—. Y estarás para siempre.
—¿Lo dudas?, soy supermamá, la cual ama a sus superhijos y adora a su superesposa —me mordí el labio sonriendo, me gustaba ver a Becky en esa faceta, se notaba tan feliz y tan ella—. Eres maravillosa, mi niña.
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AMOR DE CINE || FREENBECKY
De TodoBecky Armstrong es una bailarina muy famosa, conocida por hacer las mejores coreografías y saber que su trabajo siempre es y será primero. Alejando su vida de las cámaras y haciéndolas privadas; tiene a una fan que muere por conocerla y saber más de...