BECKY ARMSTRONGLLevamos una hora de tráfico, una maldita hora de tráfico. ¿Y saben cuál fue mi error?, dormirme.
¿Y saben cuál fue mi otro error?, dejar a Freen en el volante.
¿Y saben cuál fue otro error que cometí?, venir con ella.
¿Y saben cuál fue otro error?, tomar prestado el celular de Charlotte, el cual pertenecía al trabajo y me escribió una tal Guadalupe.
—Por tu culpa casi chocó —discutió Freen mientras yo me agarraba la cabeza—. Pero es que no, tenías que dormirte en el camino.
—Pero ¿qué tiene que duerma?, estoy cansadísima, Freen —respondí.
—Oh, claro, para estar en el carro conmigo la Señora está cansada, pero hay de que le marque esa tal Guadalupe —abrió los brazos. Hice el amago de tomar el volante—. ¡No me amagues, Armstrong!
—Mantén las manos en el volante que me pones nerviosa, Freen —pedí—. Y no sé quien es esa tal Guadalupe, te repito; el celular me lo prestó, Charlotte.
—¡Sí, y tú crees que yo me chupo el dedo todavía! —rió—. Ay, Becky, cuando tú ibas ya yo venía.
Elevé a mirada al cielo, pidiéndole a Dios paciencia.
—¿Qué tiene que duerma?, la que tiene que ir con la vista al frente eres tú, no yo. Pero como la Señora aquí es una loca que no mide sus celos —bufé.
—Espera... —detuve el coche en un semáforo—. Por tu bien, Armstrong, por tu bien espero haber escuchado mal. Espero.
Me crucé de brazos, —¿Sabes qué?, no te tengo miedo, es más, ahora mismo me bajo del auto.
—A pues dale, bájate —dijo como si nada.
Me quedé anonadada, —Pero...
—No, no, no, hasta te abro la puerta, anda, vete con esa tal guadalupe.
—¡Que yo no conozco a ninguna Guadalupe!, me voy a volver loca. Llévame Dios, mío, llévame ahora.
—Claro, para que te lleve con esa tal Guadalupe —estacionó frente a la casa—. Mira, Becky, si crees que yo estoy celosa...
—Me tienes hasta halta, te callas o te calló. Y si te calló lo más probable es que te empotré contra la cama y te follé como me dé la gana —espeté frustrada.
Freen carraspeó, —Me voy adentro. Tengo hambre —se bajó del auto y me dejó ahí.
Y así señores, se callaba Freen Armstrong Sarocha. Mierda, era la única forma.
Entré a la casa detrás de Freen y sonreí cuando ffluffy me recibió.
—Aquí está este hermoso perrito —lo tomé entre mis brazos y lo cargué—. ¿Le falta comida ffluffy? —pregunté a Freen.
—¿Me hablas a mí o a esa tal Guadalupe? —me retó con la mirada.
Bajé a ffluffy y caminé a paso lento, hasta llegar al sofa donde se encontraba de lleno con los ojos metidos en la pantalla de su celular. Se lo arrebaté recibiendo un quejido de molestia por su parte.
—Odio que me reclames y actúes como si nada —intenté dejar un beso en sus labios pero Freen esquivó aquel. Sonreí de lado y la tomé con algo de brusquedad para que me mirara—. No rompas el beso que te voy a dar, no me gusta que lo hagas y lo sabes, ¿quedó claro?
Se remojó los labios y asintió.
No importaba el tiempo que pasara, Freen se seguiría mirando igual de Sexy y hermosa, sin ninguna mujer poder llegarle siquiera a los talones. Sus ojos luciendo igual de atractivos y ni hablar de sus labios, los cuales lamí con la punta de mi lengua.
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AMOR DE CINE || FREENBECKY
RandomBecky Armstrong es una bailarina muy famosa, conocida por hacer las mejores coreografías y saber que su trabajo siempre es y será primero. Alejando su vida de las cámaras y haciéndolas privadas; tiene a una fan que muere por conocerla y saber más de...