16. ¿Que es el amor?

3.6K 484 3
                                    


MARATÓN 3/6

FREEN SAROCHA.

¿Becky enamorada?, pero sí es una mandona, terca y rebelde.

Por Dios, no me imagino como sería una relación con ella, horrible, por supuesto.

Pero, ¿quién será aquella chica?

¿La querrá mucho?

Buscó hasta un test.

Y ¿funcionará eso?

No pienses en esas cosas, Freen, no te interesa, a ti no te gusta Becky, ni te va a gustar nunca.

Ni sus hermosos ojos, ni su atractiva mirada, ni su cabello... y... ya, ¡basta!

Agité la cabeza de un lado a otro, me estaba comiendo a mí misma, mis pensamientos estaban teniendo más control que toda yo, cada día era peor, y creer en Becky no me estaba sino matando. Quería detenerme, pero verla todos los días no ayudaba.

Mis sueños se reducían, pues... la buena nota que saqué gracias a su ayuda, me hizo sentir en deuda con ella.

Becky se quedó petrificada, como si su mente ahora mismo no funcionara, ambas pasábamos mala noche, y eso se notaba por las enormes bolsas bajo sus ojos, y lo débil que me encontraba yo a la hora de bailar. Todo estaba patas para arriba.

Ella no puede estar enamorada. Mis mejillas se encendieron por el hecho de pensar ver a Becky con otra, no me gustaba, es más, me aterrorizaba.

—Yo... ¡Deje de revisar mis cosas! —Becky se acercó y arrebató la portátil de mis manos.

Me quedé confundida, —Pero si no la estaba curioseando.

Esta tragó en seco, —Bueno... esto, no es lo que cree... yo... yo no estoy enamorada.

Arqueé las cejas, —¿Entonces?

—¡No le tengo por-porque dar explicaciones sobre mis cosas, Señorita Sarocha! —cerró la portátil de golpe tanto que creí escuchar la pantalla quebrarse. Sus nervios se reflejaban en todo su cuerpo, no podía mantener la vista en un solo lugar, y ni siquiera podía mirarme a los ojos, deambulaba por toda la habitación—. Us-usted... prepárese.

—Estoy preparada, es usted que no me deja poner a música —dije con afirmación.

—¿Yo? —echó un vistazo a la portátil—. Ah, sí, soy yo. ¡Pero no revise mis cosas!

—Deje la paranoia, quería poner la música y eso se encontraba ahí. Ni que fuera a preguntarle si es de mí —bufé.

Detesté haber pronunciado esas palabras, eran las incorrectas. Becky ladeó la cabeza y yo maldije por lo bajo.

Odiaba cuando mi boca era más rápida que mi cerebro y ninguno se ponía de acuerdo para una cosa. Eran polos opuestos, pero a diferencia de muchos, estos no se atraían.

–¿De... de... usted? —chistó—. Ab-absurdo... no cabe en la... en la cabeza de... de un ser humano.

No le iba a pedir explicaciones, Becky era así, ella no tenía dueño que le pusiera correa y tampoco era una desesperación saber quién era la chica, pero no negaría que eso en paz no me dejaría. Mi cabeza estarías las veinticuatro horas del día pensando en los posibles romances de Becky. Un fervor me subió desde el estómago y asentí. No podía dejar que mi incomodidad de un momento a otro se notara.

—Yo tampoco me enamoraría de usted —dije por fin, Becky alzó la mirada con algo de recelo.

—¿Qué dijo?

AMOR DE CINE || FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora