14. ¿Amor?

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MARATÓN 1/6

FREEN SAROCHA.

Me estiré por el dolor punzante que generaba la zona de mi cuello, fui abriendo los ojos muy despacio para acostumbrarme a la luz del día que entraba por una ventana. Bostecé y quité lo que cubría mi cuerpo.

Tomé un momento para darme cuenta de en donde me encontraba en realidad y de que no era mi casa, ni un lugar que yo conociera desde hace rato, sino que, era la mismísima oficina de Becky. Pestañeé y alcé la cabeza.

Buscando razón del porqué estaba aquí, recordé que me había quedado dormida. ffluffy jugaba con algo desconocido al otro lado de la oficina, aquella estaba bien iluminada por la luz del sol eché un vistazo a mi lado y Becky estaba perfectamente dormida a mi costado, tenía sus pies estirados y los brazos cruzados.

¿Ella había permitido que yo durmiera aquí?

Me froté el rostro con algo de confusión y con cuidado me fui poniendo de pie para no despertar a mi jefa y ya por esa razón me quiera echar.

Pero algo me detuvo y fui yo misma o más bien mi cabeza, como si aquella me hubiese dicho que le echara un vistazo y así lo hice, me perdí en su rostro junto a pequeños destellos de su hermosa y perfecta piel, la cual no tenía más que pequeños puntos las cuales fácilmente podían identificarse como pecas casi invisibles ante el ojo humano, claro, de cerca eran más notables.

Sus pestañas largas, sus labios entreabiertos, sonreí de lado al recordar como puso todo el empeño en mi trabajo para así pudiera entregarlo hoy. Quizá y Becky no tiene un corazón tan frío como lo quiere hacer ver, a veces puede ser fría pero solo a veces.

No conozco nada sobre ella, no sé por qué es o hace las cosas que hace, como responde o su manera tan indiferente de tratar a los demás para que nadie vea su verdadero corazón, se pone un caparazón cubriendo aquel órgano; uno de los más importantes en todo nuestro ser.

Me interesó conocerlo y saber si latía tan loco como el mío cuando de mirarnos a los ojos <<y mirarla simplemente yo>> se trataba. Quería saber eso y asegurarme de que solo era una simple atracción física que pasaría a los días.

Fijé la vista en todo lo que se encontraba sobre la mesa de café, no pude quedar más sorprendida al ver todo guardado, busqué las hojas y cuando las leí aquellas contenían mucha más información de la que recuerdo haber escritos, por eso se quedó dormida aquí, toda la noche estuvo investigando por mí.

Me mordí el labio inferior con fuerza, suspiré, algo me jaló a dejar un beso en su mejilla por el agradecimiento y no me eché para atrás. Me incliné hacia adelante con sumo cuidado y cuando estuve así de cerca su perfume bañó todo mi sentido del olfato, cerré mis ojos por unos segundos los cuales se hicieron eternos.

Tan cerca y a la vez tan lejos.

Cuando abrí los ojos para terminar con aquello, casi se me escapa un grito al ver los ojos de Becky abiertos, observándome con detenimiento, pero no me separé, a diferencia de lo que creí que haría me quedé ahí pasmada, esperando que aquella dijera o hiciera algo. Sus hermosos ojos marrones, los cuales tenían las pupilas dilatadas, estaban fijos sobre los míos.

—Yo... lo siento —ahora sí me alejé. Me arreglé la ropa—. No era mi intención.

Becky se sentó normal en el mueble, —¿Y cuál era su intención?, ¿besarme?

—¿Qué?, no —aseguré—. Solo... lo siento.

—¿Por qué sigue pidiendo perdón? —alzó las cejas. Su voz era lo más sensual que escuché jamás, y su cabello algo desaliñado a estas horas era sexy—. Deje de hacerlo.

AMOR DE CINE || FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora