MARATÓN 2/5BECKY ARMSTRONG
Cuando los miedos eran muchos yo los barría para debajo de la cama, así cuando la visita llegará no los pudiera ver. Lo hice infinidades de veces, tanto que me acostumbré a tener basura debajo de mi cama y que la gente no se entere de la verdad.
Eso era válido para sueños, miedos, metas. Cuando tienes tanto miedo, lo escondes para que nadie sospeche, pero lo cierto es que algún día vas a estornudar y ese polvo explotará en su cara. Ya no cabiendo ni una sola basura más, es hora de limpiar, pero siempre cuando la visita decida irse. A veces nunca.
A pesar de querer mejorar, siempre hay un problema: nuestra terquedad.
Miré a Freen por sobre mi flequillo, soplando mi comida para no meterla caliente a mi boca. La pelinegra comía en silencio, no parecía tener ningún plan de hablar. La cena estaba deliciosa, era obvio, ella me había ayudado; después de todo, tenía buena mano y yo con suerte sabía hervir un agua.
Guardaba las asperezas de que aquella chica sería capaz de mencionar algo, pero es que no. No fue así, ni me miró. Carraspee varias veces llamando o haciendo el estúpido intento de llamar su atención, pero fue inútil.
Miré a mi alrededor y me detuve. Me di cuenta de una cosa: es la primera vez que ceno en casa.
Abrí y cerré los labios en un amago para hablar, pero no resultó. Decidí quedarme en silencio y seguir comiendo.
-Haré una canción- justo dijo eso cuando me metí una cuchara entera de comida a la boca y casi la escupí de la sorpresa.
-Ay, perdón -una sonrisa se dibujó en los labios de Freen mientras yo me limpiaba los labios—. En serio, lo siento.
-No te preocupes, Becky. Es que mira, tienes aquí -sin más, tomó mi servilla y estiró su brazo para llegar a mis labios. Con concentración limpio-. Está muy sucio -no quería que se apartara, esta me daba sonrisas leves mientras limpiaba y no podía sentirme más... plena en este momento.
-Ya -cuando iba a apartar su mano de ahí, yo la tomé para que no fuese así.
Y fue ahí cuando nuestras miradas chocaron, iniciando otra vez esa tensión que por más que intentáramos no se rompía, estaba ahí, latente entre nosotras. Permanecí con el calor de su mano bajo la mía, sin ganas de romperlo, sin ganas de romper ningún contacto. Con un millón de mariposas a nuestro alrededor de diferentes colores.
Y esa aura que solo aparecía cuando estábamos las dos. Ella y yo. Nadie más.
-Be-Becky -titubeó-. Creo que es hora de que me devuelvas mi mano.
-Freen yo quería decirte que -vamos, dile, tú puedes-. Que...
-¿Qué me quieres decir?
Que no puedo dejar de pensarte, que cada vez que sueño contigo me pone más loca. Y no sé lo que estoy sintiendo.
Que confesarme aquí y ahora sería una estupidez, pero al tenerte así es lo único que quiero y creo; que desde que te mudaste aquí conmigo no hago otra cosa que buscar el cómo alegrarte los días. Que eres hermosa y quiero... quiero una oportunidad contigo.
Es lo que hubiese querido decirle, pero no pasó de mi mente; se quedó todo eso retenido ahí. Porque a pesar de que mi corazón sienta algo, no podía darme el lujo de demostrar mis sentimientos.
-¿Cómo es eso de que estás escribiendo una canción? -la solté de golpe, poniéndome de pie y buscando distancia con ella.
Freen entreabrió los labios. Ella en serio creía que iba a decir otra cosa.
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AMOR DE CINE || FREENBECKY
RandomBecky Armstrong es una bailarina muy famosa, conocida por hacer las mejores coreografías y saber que su trabajo siempre es y será primero. Alejando su vida de las cámaras y haciéndolas privadas; tiene a una fan que muere por conocerla y saber más de...