Todas las mañana era un martirio para despertar al dueño de su vida, al que ligo con cadenas de hierro todo el cuerpo. Ni tan solo disparando besos en el rostro ajeno surgía efecto, todo su ser fue creado para ser una persona paciente y al estar tan encandilado por ese individuo que le recordaba a los bebés recién nacidos haría cualquier cosa. Como en ese momento, que lo zarandeaba con sutilidad sin detener la sonrisa amplia por la detallada observación hacia el rostro contrario y al lenguaje corporal gracias a los constantes movimientos. Con amor, levantó el peso muerto de su tortuguita y se recostó con el ligero cuerpo encima suyo. Si hubiera una poción mágica esparciria como luces estelares por sobre el rostro y con seguridad afirmaría que no funcionaría. Dormía tan profundo que no oía ni el ruido intenso que provenía del exterior, si bien, para el peliblanco era preocupante le provocaba cierta adorabilidad, tanto así que la poción hipnotizante de Venus se escabulló por sus orbes y por todo su ser interior. A sus ojos era lidiar con un niño de cinco años tratando de despertar, sin funcionar cada intento. Milagro era cuando el peligris rara vez se levantaba temprano para elaborar un abundante desayuno para ambos. Ni la alarma despertaba a la tortuguita, por eso, cada que iban a sus respectivos trabajos, Wonho se encargaba de ardua tarea de irrumpir el sueño. Y ese día sábado le armó un alboroto el tener que sacarlo del inducido sueño. Aspiró el aroma del cabello del peligris, ese olor a frutos rojos y la loción de bebé que solía utilizar en el cuello, el rostro aún tenía rastros del perfume de las cremas que usa para hacerse el skincare, tan hechizado por ese lío de fragancias en el cuerpo contrario.
—Tortuguita de mi corazón, mi bello durmiente que gobierna mi castillo, mi precioso diamante, mi chocolatito bonito, es hora de despertar mi alma dorada- ya casi se le acaba los motes que derrochaban azúcar- mi lindo chiquitín de labios rechonchos, vamos tortuguita- e inicio con las cosquillas leves en el costado derecho- bomboncito relleno de cereza- sintió el sutil movimiento y gruñidos que escapaban de su garganta sin abrir los labios- mi tortuguita es hora de desayunar e ir hacer las compras del mes, necesitamos provisiones- Wonho estaba apunto de lanzar al otro lado de la cama de su ocupante y subirse sobre este para hacer un recorrido de cosquillas en el cuerpo del más alto.
—¡SHIN HOSEOK ERES DEMASIADO MOLESTO! -una obviedad que se despertara de mal humor, cosa que Wonho toleraba en las mañanas- quiero dormir, estoy agotado Wonho, vete hacer ejercicio matutino o no sé, yo regresaré a mi dulce sueño- y estando boca arriba, se acomodó de costado dándole la espalda al peliblanco.
—Wonnie, mi tortuguita malhumorada, quedamos en que desayunariamos e iríamos a hacer nuestra caminata de todos los fines de semana y además, comprar las provisiones del mes, ya casi no tenemos nada en el refrigerador, ni en la alacena. Ni tampoco mis proteínas, mis barras proteicas, ni comestibles saludables- habló mientras acariciaba la espalda del peligris.
—Vete solo, no me necesitas. Tú puedes comprar todo solito. Déjame dormir dios santo- era todo un niño pequeño refunfuñando.
—Pero tortuguita hermosa, es el único momento que podemos pasar tiempo juntos, todo el día, ¿Acaso ya no me amas? ¿Ya no te agrada estar conmigo?- uy si, Wonho le encantaba usar eso a su favor sabiendo que lograría su cometido.
Hyungwon se volteó como si estuviera poseído y lo miró con enfadó.
—¡Pero que incoherencias estás diciendo Shin! Te amo tanto que necesito recargar mis energías de mi Wonhometro- a Wonho se le elevó la azúcar por las nubes- amo estar contigo los días de semana y fines de semana. Deja de usar ese poder que tienes sobre mi- y se escabulló de las sábanas para acostarse sobre su novio- tonto, te amo mi amor, haces que me sienta mal- el rostro del peligris se ocultó en el cuello del pelirubio.
—Lo lamento, solo te hago una broma, se que me amas como yo a ti, así que, ¿Qué tal si nos levantamos y te hago el desayuno como mi ofrenda de paz? Haremos lo que quieras hoy, soy tu esclavo- Hyungwon sonrio aún sin desprenderse del cuello ajeno y Wonho al sentir esos mofletones tocar la suave piel del cuello también sonrió.
—Bien pero que quedé claro, tú mismo lo haces dicho, serás mi esclavo y propongo que lo seas por todo el día de hoy- su cuerpo salió del cálido lugar musculoso- ¿Promesa?- preguntó y estiró el meñique esperando cerrar el trato.
—Promesa mi linda tortuguita dormilona y dueño de mi alma- sellaron el trato al unir ambos meñiques y por último los pulgares, el peligris se sonrojo por ese apelativo cariñoso y apodo que nunca pudo detestar aunque lo deseara, el amor que sentía en su corazón era más grande que todo el planeta y por el otro aguantaría hasta el diminutivo más cariñoso y empalagoso para el resto de la humanidad- me encanta cuando te sonrojas- agarró los mofletes con ambos índices y pulgares y apretó levemente.
—Ya, arriba Shin que debes alimentarme- se levantó de un salto y corrió al baño.
Y si, Wonho presenciaba esos cambios de humor por las mañanas y suplicaba que fuera así toda la vida.
—¡Apurate Shin que ya estoy casi listo!- grito desde el baño.
—Como mi tortuguita mandé.
Aquí les dejo uno de los One Shots que me han pedido! Próximamente estaré subiendo los que restan! 🫶
Feliz cumpleaños a mi hermosa tortuguita😍😍😍😍😍 te extraño tanto ya! Te amo tanto! Felices 30 amor mio❤️
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
