CORAZÓN ROBADO || Trafalgar Law y tú ||

Capítulo 65

Corrí por el aire hasta ella y usé una espada de sangre gigante para intentar cortar su pecho, pero ella se cubre con su espada y me empuja hacia atrás.

-¡No subestimen a la gente mayor que sobrevivió tanto tiempo! -Big Mom prepara un gran ataque eléctrico que gracias a mis desvíos conseguí disminuir el daño. Pero Law y Kid lo recibieron directo.

-¡Law! -di un paso hacia él pero de repente mi cuerpo pierde fuerzas por unos segundos-. Tsk... Maldita sea.

Me levanté de nuevo y corrí hasta Law quien estaba tirado en el suelo sin moverse al igual que Kid.

-Oye... Law. ¡Law! -lo moví levemente pero no reaccionaba, apreté los dientes con fuerza y miré a Big Mom.

-¡Maldita seas! -sonríe al lanzarme un rayo cada vez más intenso.

Me levanté y me coloqué frente a Law. Creé una barrera de sangre entre Big Mom y nosotros tres, apenas comenzaba a desintegrarse lo reforzaba el doble.

-¡Nhg! -caí sobre una rodilla por el esfuerzo que requería.

Miré hacia atrás, no podía permitirme caer en este momento. No podía... Law y Kid... ¡Debo protegerlos hasta que se recuperen!

-¡Muere maldita niñata! -cada rayo y cada golpe me hacían retroceder- ¿No puedes hacer más? ¿Qué te pasó? Te veías tan segura, pero ahora... ¡solo eres una debilucha!

-¡Agh! -el rayo atravesó la sangre y mi cuerpo a la vez.

Caí de rodillas y manos sobre los escombros mientras respiraba con dificultad y temblaba. Empecé a sentir un líquido derramándose de mi cabeza, ocasionando que empezara a ver de un tono rojizo de un lado. Apoyé una mano sobre este, era mi propia sangre... Intenté absorberla pero mis habilidades no respondían por el shock eléctrico.

-¡No, Big Mom!

-¡Nuestros jefes ya no pueden moverse!

Escuché voces preocupadas a nuestro alrededor, pero no les di la suficiente atención para saber quiénes eran y qué más decían. Observaba la sangre que goteaba sobre mi mano y hasta el suelo. El temblor se hacía cada vez más fuerte y pronto solo podía escuchar el sonido de mi respiración y latidos.

-Sus subordinados se compadecen. Están perdiendo el prestigio -se burla Big Mom.

Pero entonces dejé de escucharla incluso a ella... ¿Qué es... esta sensación?
Apoyé una mano sobre mi pecho, sintiendo mi corazón latir con fuerza, bombeando sangre y recargándome de vitalidad, como si tuviera una voz propia que con cada latido decía: "vive".

El aire se volvía denso, como si la misma esencia de la vida vibrara a mi alrededor. Mis pulmones absorbían esa atmósfera cargada, y mi corazón latía en sintonía con el flujo de la sangre que corría por mis venas. Era como si mi cuerpo sabía que rendirme no era una opción, que aún había algo que podía hacer.

-Más... -murmuré.

-¿Huh?

-Más -repetí. Aún tenía que esforzarme más para conseguir mi propósito.

Cerré los ojos, sumergiéndome en la conexión con mi propia sangre. En ese momento, pude sentir cada célula, cada gota que constituía mi esencia vital. Las emociones bullían dentro de mí, como corrientes tumultuosas que se entretejían con mi propia existencia.

-¿Más? -Big Mom se ríe-. Estás delirando porque sabes que vas a morir. Ya no tienes fuerza ni para controlar tu propia sangre, se acabó... Por cierto, Aún no escuché el grito de victoria de Kaido. ¿Sigue perdiendo el tiempo con el enano de Sombrero de Paja? ¡Kaido!... Hera, vamos a la azotea.