¿Unos whiskies bastan para perder la cabeza?

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Richard bajó del coche y, con pasos torpes e inseguros, se aproximó a la puerta. Tardó algo más de cinco minutos en encontrar la llave correcta para abrir, entre todas las que componían el llavero de su flamante Lamborghini azul metalizado, "azzuro Thetis", (su tono varía según el tipo y posición de la luz). ... Una vez abierta la puerta, "Entró tambaleante. No estaba seguro de si ¿realmente había bebido tanto como para hallarse tan mareado? Richard se agarró al pasamano de la escalera y miró estúpidamentehacia arriba. Definitivamente―pensó, abriéndose paso con dificultad entre los vahos del alcohol―no llegaría arriba de no ser andando a gatas."Richard se mesó sus escasos cabellos y respiró profundamente tragando a continuación saliva con dificultad; antes de decidirse a hincarse a cuatro patas y empezar a subir las escaleras,.Eso sí, maldiciendo entre dientes,a su amigo Peter, culpándolo por el lamentable estado en que se encontraba, (y por el penoso espectáculo que iba a dar, si alguien lo veía subir de aquella"vergonzosa y poco digna forma") .

a él, y también a los wiskie's "gran Johnny Walker" escocés de pura cepa, que se había bebido (él, «Lord Richard Cooper Stinson,» tenía ahora que rebajarse y parecerse a un perro andando a cuatro patas).... Llegado a este punto de su pensamiento y cuando ya llevaba siete escalones, quiso ponerse de pie muy digno y...cayendo de culo escaleras abajo, al querer, (y fallar), agarrarse al metal de la barandilla, girársele el cuerpo 180 % grados y caer pesadamente haciendo un ruido brutal, al golpearse con la balaustrada de metal, golpeando su culo blando y orondo repetidamente en los siete escalones. (mientras soltaba gritos de mariquita asustada). Al llegar abajo, su cuerpo quedóboca arriba, con las piernas y brazos abiertos en forma de cruz,su boca sucia, y abierta, de dientes manchados de nicotina,de porcelana barata, babeaba, y con una mala sangre hirviendo en sus venas "que pa qué". Richard levantó la barbilla todo lo que pudo y miró hacia las escaleras "como si en vez de escaleras inanimadas fueran un enemigo al que había que vencer" y gruñó: "¡mal-di-ta, te cre-es aca-so que me has ve-n-ci-do, ah-ora ve-rás"! Ladró con la voz aguardentosa, intentando ponerse de pie.
Cinco intentos tuvo que hacer para lograr... quedarse de nuevo a cuatro patas y, cinco veces más rodó escaleras abajo, pero Richard parecía ser de goma, se volvía a poner a cuatro patas y volvía a intentarlo, hasta que, a la quinta vez, tuvo la mala fortuna de meter una de sus piernas por uno de los huecos de la balaustrada y... se quedó colgando cabeza abajo.―Señor ¿necesita usted ayuda?―escuchó, Lord Richard, una voz lejana y conocida que, le decía.Richard abrió entonces con dificultad un ojo y miró por entre la nebulosa de su borrachera hacia el hombre, muy bien vestido, alto, cabello canoso y porte señorial.―Albert, por favor, ―a modo de súplica― cójame en brazos y llévame arriba a mi habitación, junto a mi señora esposa― pidiólastimeramente y humillado en su orgullo, "Lord Richard".

― Pero... señor, hace diez años que usted y la señora no duermen juntos... que vive usted solo... ¿Quizás el señor volvió a olvidar que sus aposentos están en la planta baja?

DISPARIDAD DE MICROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora