¡Espera, no lo hagas, Daniel! — le gritó “el ser de luz” mirándolo desde el otro ángulo de la habitación. Daniel no se sorprendió, «El ser de luz» era ya un "viejo conocido suyo" — Entonces ¿sigues insistiendo? — Chirrió Daniel. — ¿sigues sin aceptar que mi destino no será otro que el que decidiré yo?
— No tiene por qué ser así. Daniel, — lo miró “el ser de luz” conmiserativo. — ¿no lo entiendes? tú situación no es peor que la de otros muchos españoles, ¡sé valiente y afróntalo! — ¡Que fácil es todo para ti, gritó Daniel. — ¡¡Sólo eres mi conciencia...!!
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DISPARIDAD DE MICROS
Short StoryMicros, salvando la realidad, siempre intempestiva y falsa.