A TRAVES DEL TIEMPO - [ZHANYI]

CAPITULO 3

—¿Estas bien?...—el príncipe Tai pregunto preocupado sin dejar de mirar a su hermano menor mientras caminaban por los pasillos de uno de los palacios.

—Si…..—sonrió Yibo.—Gracias por ayudarme, si no hubieras llegado ese general tonto me hubiera arrancado el brazo.—Se froto el brazo por el dolor que aun persistía.

—¿Aun te duele verdad?.—Tai pregunto un poco molesto queriendo regresar y buscar a Zhan para darle un castigo por su atrevimiento, odiaba que lastimaran a su hermano menor, al cual apreciaba muchísimo y lo consentía como sus padres lo hacían.

—……….—Yibo desvió su mirada:—Solo un poco, no te preocupes, no es nada grave.

—Que hiciste para que reaccionara así, ayer lo llegue a conocer y por lo que pude presenciar era un general amable y respetuoso.

—Nada malo.—Yibo sonrió con nerviosismo.—Ese general es muy sensible, solo le dije unas cuantas palabritas y se molesto. ¿Verdad Vash?.— Yibo vio como su pantera froto su cabeza en su pierna mientras lo seguía.

—Mmm..—El príncipe Tai suspiro rendido. No entendía como su hermano podía tratar a la pantera como si fuera otra persona:—¿Que dijo Vash?.

—Dice que si, que es un general renegón.

—jajajaja ustedes dos son únicos.—Tai sonrió ampliamente al ver la interacción de la pantera y Yibo.

“Vash” así se llamaba el mejor amigo que Yibo tenia, amo a ese felino de manto negro desde el primer día que se lo regalaron, hace aproximadamente 7 años.

Cuando yibo apenas tenia 10 años de edad su padre el emperador le regalo una pequeña pantera bebe, que fue traído desde occidente como regalo de cumpleaños.

(VASH)

Desde ese día tanto Yibo como su gato se hicieron inseparables, siempre estaban juntos hasta el punto de que la pantera llegaba a quedarse en la recamara de Yibo, algo a lo que se oponían sus padres pero al final aceptaron. Yibo amaba a su gato y no le gustaba que lo tratasen como a un simple animal, por lo cual los sirvientes y guardas siempre llamaban al felino por su nombre.

—Al llegar a tu recamara te enviare un ungüento para el dolor con uno de mis sirvientes, para que lo apliques en tu brazo.—Dijo Tai.

—¡Te dije que no es nada grave!.— exclamo Yibo.

—Lo sé, pero aun así quiero que te lo apliques…—Tai sonrió:— O quieres que les diga la verdad a-Xun y a-Aiko.

—NOOOO!!.— Yibo exclamo asustado.—Ellas empeoraran la situación, o lo mataran.— desvió su mirada no queriendo imaginar que le pasaría al general Xiao si sus hermanas mayores se enteraran de lo ocurrido:— Lo van a destrozar.