capítulo 56

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Capítulo 56
Mimi Rosé
Amanecer de Esperanza

Los últimos rayos del sol caen suavemente sobre el rostro de Luka, enfatizando la paz que parece haberse instalado sobre sus gestos, mientras cruzamos el umbral de nuestro hogar. El lugar está impregnado con el perfume reconfortante de las flores que he dispuesto con tanto cuidado; cada pétalo, cada color seleccionado para celebrar el renacer de la vida que nos hemos prometido uno al otro.
Me tomo un momento para contemplarlo de pie, ahí, en el centro de nuestro santuario personal. La luz de atardecer proyecta sombras doradas sobre su figura, tan firmemente enraizada y aquí, ahora, sublime. Su mirada viaja lentamente por la estancia, tomando en cada arreglo con una suavidad y una profundidad que solo aquellos que han caminado por el filo de su propia oscuridad podrían entender.
──Hiciste todo esto… para mí. ──murmura Luka, su voz templada por la emoción.
Siento un cosquilleo en la punta de mis dedos mientras me acerco a él, con los ecos de su propuesta en la camioneta aún palpitando dentro de mi pecho.
──Para nosotros. ──corrijo con una sonrisa radiante, observando cómo va dejando su preciado cello a un lado, permitiendo que se una silenciosamente a nuestro momento.
Las velas destellan alrededor de la habitación, y las sombras danzan en tándem con la luz, creando una atmósfera casi mágica. Todo aquí habla de renacimiento, de un futuro brillante que apenas está despuntando en el horizonte de nuestra existencia juntos. Le tomé la palabra a Luka; cuando me pidió ser su compañera de vida, acepté no solo unir nuestros caminos, sino también reimaginar y reconstruir este espacio como un refugio de amor, un lugar que simboliza el comienzo de algo nuevo y hermoso.

──Luka. ──digo, capturando su mano en la mía y entrelazando nuestros dedos con intimidad, ──. este hogar, al igual que mi corazón, está abierto para ti, lleno de vida y promesas genuinas. Cada flor aquí representa un día que te esperé, lleno de anhelos y esperanzas, contando los segundos para volver a verte así, lleno de vida y fuerza.
La lágrima que resbala por la mejilla de Luka refleja el último rayo de luz al desvanecerse el día, y sé que entendemos, sin necesidad de más palabras, la profundidad de nuestra conexión.
──Estoy en casa. ──susurra él, y su abrazo habla de eternidades, de amores que trascienden los simples latidos de un corazón.
Así, de pie, envuelta en sus brazos, me permito soñar en voz alta.
──Y este es solo el comienzo, amor mío. Cada mañana al despertar, cada nota que toques, cada tranquilo atardecer, será un recordatorio de que tú estás aquí, de que superamos las pruebas y de que el futuro nos pertenece.
Mimi y Luka. Luka y Mimi. Nuestros nombres suenan como una canción suave, un preludio que se despliega en las primeras páginas de una sinfonía que promete ser tan vasta como el cielo estrellado. Con sus manos en las mías, y el brillo de la promesa que yace en mi dedo, sé que hemos traspasado la oscuridad para amanecer juntos en una esperanza que sólo nosotros podemos escribir.
Y mientras las últimas luces se apagan en la habitación, dejamos que la noche nos envuelva, seguros en la certeza de que el verdadero hogar no es ni un lugar ni un espacio, sino el refugio seguro que encontramos en el amor del otro. Una nueva vida nos espera, y cada día que viene será una nota más en nuestra eterna canción de amor.

***

El amanecer da paso a una sinfonía de colores mientras la luz del día se filtra a través de las hojas cuidadosamente podadas del jardín, trayendo con ello el fresco perfume de la mañana. Con cada rayo de sol que se posa sobre los pétalos de las flores, el espacio rebosa de esa paz que tanto había imaginado para nosotros. Sentados en la pequeña mesa de hierro forjado que he colocado estratégicamente bajo el árbol de jacaranda, Luka y yo compartimos nuestro primer desayuno en la nueva vida que nos hemos prometido juntos.
Lola, nuestra gata de ojos curiosos y corazón independiente, se enrosca en las piernas de Luka, encontrando su lugar especial en su regazo. La observo ronronear de contento mientras él la acaricia con una suavidad que habla de su recuperada calma.
──Ella te extrañaba. ──comento, pasando la mermelada de frambuesa.
Luka me mira, un brillo de felicidad ilumina sus ojos.
──Creo que no tanto como yo a ella, o a este jardín… a ti. ──dice, y su voz se carga de una emoción que conmueve el aire mismo. ──. Este lugar… es un paraíso, Mimi. Es nuestro propio Edén.
Nos deleitamos en el silencio que nos rodea, saboreando el café y escuchando los murmullos de la naturaleza que nos abraza. Aquí, cada detalle, desde el crujir de las tostadas hasta el zumbido de una abeja cercana, se convierte en un recordatorio de la vida y de la renovación.
Después de un momento, Luka deja de degustar su té y suspira, un sonido que parece arrancar de lo más profundo de su ser.
──Quiero que sepas. ──empieza, ──. que es importante para mí continuar con las reuniones de alcohólicos anónimos y las sesiones con Arielle. No solo porque necesito seguir fortaleciéndome, sino porque deseo ser la mejor versión de mí mismo para ti, para nosotros.
Tomo su mano sobre la mesa, sintiendo la fuerza de su compromiso.
──Eso solo te hace aún más valiente, Luka. No es fácil enfrentar tus propios desafíos de ese modo, y es una de las razones por las que te amo tanto.
Nos dejamos atrapar por un nuevo silencio, pero esta vez está lleno de promesas y de un conocimiento compartido de que la batalla de Luka es nuestra batalla, y que su lucha por mantenerse sobrio es un camino que andaremos juntos.
──Mira todas estas flores. ──digo, extendiendo un brazo para abarcar la vista del jardín. ──. Cada una de ellas tuvo que romper el suelo para florecer al sol, justo como tú. Y ahora, cada mañana, podremos ver este jardín crecer un poco más, recordándonos que estamos vivos y que cada día es una oportunidad para crecer juntos.
Luka asiente, y hay una quietud en sus ojos que me dice que no solo ha entendido mis palabras, sino que las ha hecho suyas.
──Crecer juntos. ──repite, y hay una promesa en esa simple frase, un juramento silencioso que sella nuestro compromiso no solo el uno con el otro, sino también con la vida misma.
Con ese pensamiento colgando entre nosotros como una dulce melodía, terminamos nuestro desayuno. Luka acaricia a Lola una vez más antes de levantarse, y sé que a medida que avanza el día, llevaremos ambos en nuestro corazón la certeza de que este jardín, esta casa, nuestro amor, son las raíces profundas de donde brotará la más bella de las flores: un futuro juntos.
El sol está alto ya, y la vida nos llama con sus infinitas posibilidades. Hoy, como ayer y como mañana, elegimos caminar juntos, enfrentar cada día como viene y cultivar la belleza en todos los espacios que llamamos hogar.



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