Capítulo 39
Mimi Rosé
Desastre.
Ya no ahi una camioneta que me lleve a mi trabajo, así que camino hacia el garaje de mi pequeña casa en busca de mi bicicleta.
Necesito salir de aquí.
──Ni se te ocurra. ──la voz de Brady me espabila.
Me giro, y al verlo siento que todo vuelve a verme encima, corro a los brazos de mi mejor amigo y lloro con fuerza.
Sus manos buscan apaciguar mi cuerpo que tiembla y solloza la perdida de un gran amor.
Luka no quiere verme, no atiende mis llamadas…
──¿Has hablado con él?
Niego sorbiendo mi nariz.
──¿Fuiste al hotel? ──elevo la mirada hacia mi amigo, quién procura secar algunas con sus dedos.
──No. No quiero que la prensa haga lo suyo otra vez, y además no sé si aceptará verme.
──Yo si fui…
Elevo mis cejas.
──¿Y?
──No pude ni entrar, la prensa está en toda la puerta, no deja pasar a nadie que no te hospedado, sin mencionar que varios fanáticos también están allí haciendo campaña. Es un caos…
──Necesito hablar con él.
──No será fácil, Mimi. La prensa va lanzarse encima de ti, estás en todas las noticias de farándula. Eres más famosa que Hauser en estos momentos.
──Necesito salir de aquí… voy a volverme loca encerrada sin saber de él, y sin hacer nada.
──¿Estás segura que quiere ir a la floristería?
Asiento.
──Vamos, yo te llevo.
Toma mi bolso, y me guía hasta su auto.
──No tardarán mucho en saber dónde vives, creo que deberías quedarte en mi casa algunos días…
──No creo que vayan a buscarme de esa manera, Brady.
Mi amigo me abre la puerta de auto.
──Mimi, son la noticia del momento, harán lo que sea por una primera plana tuya.
Trago grueso, y subo al auto sin más.
Mi amigo enciende el motor y nos alejamos de mi casa donde aún permanece su olor, su presencia y todo él.
──¿Llamaste a tu madre? Está muy preocupada.
──Si, está mañana. Sigue preocupado, nada ha cambiado.
Cierro mis ojos en el asientos, esos mismos que me arden y duelen de tanto llorar, aún no comprendo porque no me dejo explicarme, porque no escucho razones.
Luka me conoce, yo jamás haría algo así, el sencillamente se dejó cegar por aquello que le mostraron con mala intención.
Él mismo me advirtió de lo mala que sería la prensa.
──¿Crees que haya sido la falta de licor…? ¿Su actitud?
──Quiero pensar que fue eso. ──Susurro con un nudo en la garganta.
La avenida está más concurrida de lo normal, y me tenso al notar como varios fotógrafos están parados frente a la floristería.
──¡Mierda! ──Exclama Brady.
Francia me dijo que uno de los reportajes estaba el nombre de la floristería.
──No puedes quedarte aquí.
──Ve por la calle de atrás. Me preocupa Inés.
Brady asiente y conduce siguiendo de largo, los fotógrafos parecen aves esperando a la presa.
A mí. Eso soy yo en estos instantes una presa a la cual acechan para destruir a su antojo.
Me están haciendo pedazos, me están apagando y no puedo hacer nada al respecto.
Llegamos al pequeño callejón, Brady aparcar lo más cerca de la puerta que puede. Se baja conmigo cuidando que nadie esté cerca, y abre empujando con fuerza la puerta para que entre primero, noto a Inés sentada en una silla frente a uno de los refrigeradores.
──¡Mimi! ¿Qué haces aquí? No debiste venir. ──Suelta.
Me acerco a ella y tomo sus manos, está temblando.
──Todo estará bien. ¿Si?
──Si te ven aquí será un caos.
Noto que bajo las persianas y que el letrero de cerrado está puesto.
Me acerco a las vitrinas, noto mi laptop y voy por ella, puedo escucharlos afuera.
──Mimi, tenemos que irnos. No puedes quedarte aquí, Inés tampoco.
Escucho unos murmullos que llaman mi atención, me acerco a uno de los ventanales, y levanto ligeramente la persiana para notar como están encima de Sebastián haciéndole fotos y preguntas.
──Brady…
Nota mis intenciones, y corre hacia la puerta, es él quien posa sus dedos en las llaves y la gira, hace frente a los fotógrafos y tomo a Sebastián de las manos para halarlo hacia adentro alejándolo del caos.
Su rostro está pálido, observa a mi amigo de pies a cabeza.
──Gracias… ──se gira a verme. ──. Mimi… ¿Cómo estas?
──Mal ──respondo sin negar en lo absoluto como me siento. ──. Todo esto es una locura. Siento que te metieran en el medio.
──No te preocupes por mí. Vine a ver si te conseguía aquí… estoy preocupando.
Brady lo observa con recelo.
──¿Luka está en el hotel?
Tensa su mandíbula.
──No, todos se fueron está mañana. La prensa está aglomerada en la entrada y decidieron marcharse.
Llevo mi mano a mi pecho.
¿Marcharse?
──¿Cómo que marcharse? ──Inquiere Brady casi sin voz mientras yo me dejó caer. ──. Explícate.
──Se fueron anoche… yo no estaba de turno. Mimi si necesitas que hable con él, lo haré. yo puede decirle como todo se salió de contexto.
Llevo mis manos a mi cabeza.
¿Se fueron?
Luka no pudo irse…
Mi teléfono empieza a sonar, me levanto para tomarlo en la bolsa que deje en la vitrina y noto que es Francia.
──Mimi…
──¿Se fue? ──inquiero llorando con fuerza. ──. ¿Luka se fue?
──¿Qué? Mimi, te necesito con urgencia, por favor.
──¿Dónde?
──Te envío la dirección.
──Ok.
Guardo mi teléfono, y tomo mi bolso.
──Necesito las llaves de tu auto, Brady.
Musito hacia mi amigo quién me observa confundido.
──Mimi no tienes licencia…
──Por favor…
Suplico rompiéndome en mil pedazos antes todos los que me observan.
Todo es un desastre.
Todo.
Hasta mi corazón.
![](https://img.wattpad.com/cover/341607825-288-k827857.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Amor platónico
Romans¿Alguna vez en tu vida has tenido un amor platónico? ¿Te has enamorado de alguien que no conoces? ¿Lo has hecho? Yo si. Me llamó Mimi Roses, y tengo un amor platónico, un muy imposible amor soñado. Estoy perdida e irrefutablemente enamorada de...