capítulo 51

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Capítulo 51
Mimi Rosé
Enfrentamiento.


Me despierto en medio de la noche buscando su cuerpo junto al mío, el lado izquierdo de la cama está vacío y frío, él no está aquí.

Llevo mis manos a mis rostros para frotarlo, fijo mi mirada al techo.

Lo extraño.

Lo extraño demasiado.

Lo que empezamos a crear, lo que me hace sentir, lo bonita que se siente la vida.

Me acomodo de lado y observo la hora en el reloj que yace en la mesa de noche.

5:10 am.

Gruño frustrada, y salgo de la cama, aunque lo intente sé que no volveré a dormirme.

Entro al baño para asearme rápidamente, y salgo de nuestra habitación encendiendo luces a mi camino hasta bajar las escaleras.
Llego a la cocina y pongo a andar la cafetera, me quedo observando como el café cae en la taza de vidrio y percibo el aroma.

Todo a mi alrededor me recuerda a Luka, todo… aunque nunca ha pisado esta casa, está aquí.

En el aroma del café, en las plantas que he puesto y que estoy segura que van a encantarle, en las fotografías que muestran sus mejores presentaciones, en sus cellos, en los premios, y en mi.

El teléfono fijo suena, Frunzo mi ceño porque el reloj marca las 5y30 am.
¿Quién podría llamar a esta hora?

Me encamino a tomarlo.

──¿Si?

──Hola… ──su voz ronca eriza mi piel, sonrío. ──. ¿Estás pensando en mi, verdad?

──¿Tu qué crees? ──Inquiero recargando mi espalda en la pared.

──Espero que sí, porque yo me he despertado pensando en ti. ──Musita dándole un brinco a mi corazón. ──. No tengo mucho tiempo, tuve que sobornar a la chica de guardia en recepción para que me dejara llamarte.

──¿Cuál fue el soborno?

──un autógrafo para su mamá. ──Dice reímos juntos. ──. ¿Cómo estas?

──Bien, amor. ¿Y tú?

──Algo cansado pero aquí sigo, y aquí seguiré. Te extraño, amor.

──Yo más. Yo mucho más.

──No es fácil, y no ha sido fácil pero no pienso desistir. ──Suspiro con fuerza.

──Eres maravilloso, eres el hombre más fuerte que conozco.

──Tu me haces fuerte. ──Susurra. ──. Tengo que colgar, ya el personal empieza a llegar, te amo, mi dulce Mimi.

──Yo te amo más. Sólo quedan algunos días

──Así es.

Se pueden escuchar unas voces de fondo, ríe y me susurra un te amo que se queda grabado en mi memoria para luego colgar.

El día comenzó de la mejor manera.


****


Me aferro a mi bolsa mientras me adentro a la escuela de música, noto el museo y paso de largo en busca del profesor Cooper.

Lo consigo conversando con una de las chicas de administración.

──Mimi. Hola, ¿Cómo estas?

──Bien, ¿Y usted?

──Bien… encantando con todo lo que nos has hecho llegar, los fondos nos están ayudando a pagar las deudas que teníamos.

Trago grueso.

Ignacio, estaba desviando fondos, fondos que pertenecían a la escuela.

──Me alegra. ¿Todo está en orden?

──Todo. Hemos contratado nuevo personal en la cocina, y ahora la alimentación de los niños es más balanceada.

──Perfecto. ──musito, comenzamos a caminar.

──¿Y como está?

──Luchando todos los días.

──Luka es un luchador, no se dejará vencer, ya veras.

──Lo sé.

Llegamos a una pequeña sala en medio de los salones, pueden verse la vitrina llena de premios de los pequeños que han participado en concursos y fotografías de ellos en una pared, en otra está Luka sonriente con su cello en mano.

──¿Conoció a los padres de Luka?
Suelto tomándolo por sorpresa.

──Si. Los conocí.

──¿Ella lo amo mucho verdad?

──Si, ella iba a verlo tocar. Las veces que los golpes marcaban su cuerpo se escondía en la entrada y lo veía en la distancia. Luka sabía porque no sé sentaba al frente, así que hablaba con el técnico de iluminación para que no moviera el foco de él y así su madre pudiese verlo bien.

Sonrío con tristeza.

──Ella sólo no tuvo valor. Necesitaba ayuda y no lo tuvo.

──Eso marcó la vida de Luka.

──Si, lo hizo. Pero mira quién es Luka con todo y cicatrices. Mira todo lo que ha logrado.

──¿De él que sabe?


Suspira.
──Sólo lo vi tres veces. Una de ellas tuve que llamar a la policía. Luka practicaba hasta tarde, al parecer se le olvidó comprar leche y él decidió irlo a buscar totalmente alcoholizado, entro al estudia lanzando puertas e instrumentos, venía con su cinturón en mano. Recuerdo el rostro de Luka… lo golpeó antes de que llegara a él pero me interpuse para el segundo y llamé a la policía. Era un hombre muy atormentado, muy enojado con la vida, le ofrecí a Luka quedarse conmigo pero insistió en ir a ver a su madre, menos mal lo hizo… la consiguió inconsciente en la cocina. Lo detuvieron por un par de días y eso les dio algo de paz pero luego volvió.


Tenso mi mandíbula.

──Paso por mucho pero allí está, luchando. ──Susurra mis palabras.
Recargo mi espalda en el sofá.

──¿Los niños…?

──Saben que su ídolo está curando su alma y su corazón para volver, y no dejan de verlo con admiración. No dejan tampoco de escribirle cartas… te tengo algunas guardadas.

──Gracias, profesor. Se las llevaré cuando vuelva a verlo.

Sonríe y se relaja a mi lado.

──Todo estará bien.

──Así es pero es difícil, no extrañarlo cuando está presente en todo.

Observo nuestro entorno.

──Luka ha logrado grandes cosas en su vida, y muchas están materializadas, es importante que él lo entienda y lo vea, debe de dejar a un lado ese síndrome del impostor.

Asiento.

──Bueno, debo irme solo vine a cerciorarme que todo los ingresos estén llegando.

──Y lo hacen, gracias por hacerte cargo de ello.

──Es lo que Luka quiere, y si le soy sincera profesor, me gusta hacerlo. ──Susurro. ──. Me siento plena en esta etapa de mi vida, siento que todo encaja. Es como si la piezas estuvieran en la posición correcta, sólo falta Luka, y su espacio está allí. Esperando por su regreso.

Me levanto para despedirme del profesor, saludo a algunos niños mientras camino hacia la salida donde me espera la camioneta para llevarme a la floristería, aunque ya no trabajo con Inés me gusta pasar a saludarla y estar un rato con ella.
Extraño mis días allí pero ayudar a Luka es mi prioridad es ahora.

El chófer abre la puerta, y me detengo cuando aparece Ignacio interrumpiendo mi paso.

──La zorra ahora se cree ama y señora de todo.

──El ladrón aparece… ──suelto con molestia.

Amor platónico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora