•|♔| Sesenta y seis |♔| •

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Dos días después.
Castillo zafiro.

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Taehyung comenzaba a molestarse como casi nunca ocurría.

¿Por qué? Porque los reyes del reino de plata habían llegado hace menos de una hora pidiendo hablar urgente con Jungkook.

Taehyung estaba alimentando a su esposo en el momento en el que Lucy se acercó a la habitación para informarle de su llegada, y le pidió que les dijeran que el rey alfa no se sentía bien como para recibirlos, que esperaran una media hora hasta que él pudiera bajar a recibirlos y hablar con ellos. Pero ellos insistían en hablar con Jungkook, y decían que debían de hablar sobre un tema serio que solo podrían tratar con el alfa.

—Santa luna, dame paciencia —pidió el omega mientras pasaba con cuidado una pequeña toalla por el rostro y cuello de su esposo para limpiar la capa de sudor que le provocaba la fiebre—. ¿Estás satisfecho, Kook? ¿O quieres que pida algo más?

—Estoy perfecto, amor —respondió mirándolo con párpados entre cerrados debido a que no podía abrirlos por completo—. Gracias ¿Puedes darme un beso?

El omega le sonrió y no tardó ni dos segundos en acercarse para unir su labios de manera delicada y tierna varias veces. El alfa llevó su mano al rostro ajeno sin importarle ese leve dolor muscular que le provocaba el movimiento, y acarició su pómulo izquierdo con su pulgar mientras su peligris se apoyaba en su tacto cerrando sus ojos.

—Te ves precioso hoy al igual que ayer, y y el día anterior, y los que vienen —halagó el alfa—. ¿Cómo le haces para ser tan perfecto?

Taehyung no pudo evitar cohibirse por sus
palabras, pero a su vez le sonrió y se puso de pie a un lado de la cama para mostrarle por completo su estilo de hoy que su estilista Gahyeon eligió para él.

—¿Te gusta? A mi me gusta mucho, es cómodo —dijo jugando con la falda del vestido.

Jungkook lo admiraba desde su lugar, y le sonrió coqueto porque a pesar de sentirse muy mal, su esposo siempre lograba calentarlo más que la fiebre solo viéndose bonito.

—Me encanta. Me hace extrañar el poder hacerte el amor —admitió sin pena alguna.

Taehyung no pudo evitar sonrojarse ante tal comentario, pero él también extrañaba aquello por lo que no se negó ni lo regañó. Volvió a acercarse a él para bajar un poco su sábana hasta su abdomen, y comenzó a remarcar la cicatriz del corte que le había quedado en su pecho con la punta de sus dedos corazón e índice.

—Debes de recuperarte pronto, porque se acerca mi celo —dijo queriendo sonar algo travieso, guiñando un ojo—. ¿Vas a dejarme encerrado en la habitación para tus celos?

Jungkook gruñó leve, llevó su mano a la suya para sostenerlo y hacer que se acerque más a su rostro.

—Ve preparando un bonito pijama para cuando me recupere, amor —pidió con un tono inocente, pero era claro a lo que se refería y eso causó un escalofrío en todo el cuerpo del omega—. Aunque me excita de cualquier forma, mi amor.

—Pero quiero verme lindo para ti —respondió Taehyung contra sus labios—. Voy a–

La puerta fue tocada nuevamente, y Taehyung bufó porque ya sabía que se trataría sobre el mismo tema de los reyes del reino de plata. Jungkook frunció el ceño al sentir su molestia y con sumirada ya le estaba preguntando qué le sucedía.

𝑹𝒆𝒊𝒏𝒐 𝒁𝒂𝒇𝒊𝒓𝒐 |  𝑲𝒐𝒐𝒌𝑽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora