•|♔| Setenta y dos |♔| •

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De regreso al castillo zafiro.

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Yoongi se subió al mismo carruaje que los reyes Jeon, mientras que en otro llevaban a los reyes Park en el suelo del carruaje donde iban algunos de los guardias que se habían infiltrado al castillo como guardias de oro. Todo el camino de regreso Taehyung se dedicó a dormir sobre el hombro de su esposo, mientras éste simplemente pensaba en todas las cosas de las que debía encargarse.

Obviamente quería consultar con Jimin qué hacer con el reino de oro, ya que él seguía siendo el heredero del mismo. Al proponerle regresar al trono, obviamente también le estaba ofreciendo la responsabilidad de gobernar también a su amigo, y estaba seguro de que éste no aceptaría un cargo como ese, porque él solo quiere una vida tranquila y sin complicaciones más que el vivir con su familia de manera segura y pacífica.

Quizás acepten luego de charlarlo bastante, y si de últimas no aceptaban, entonces tenía otras dos opciones: buscar a alguien de la realeza o nobleza en los que confíe que quiera hacerse cargo de gobernar el reino, o hacerse cargo él mismo tomando a todo el reino de oro y convertirlo en territorio del reino zafiro.

Deseaba que ambos aceptaran, porque era algo que le correspondía a Park por completo y no habría mejores personas que pudieran gobernar el reino de manera justa como ellos, además de que volvería a poder mostrarse libremente frente a los otros gobernantes. También sabía que su esposo pensaba igual que él, por lo que quizás Park pida su opinión y su omega le diera las mismas respuestas que le daría él si le preguntara.

Yoongi se amoldaría a lo que su omega Park decidiera, por lo que eso estaba en el pelirosa.

Lo observó dormir en los asientos delante suyo, de costado dándole la espalda que había sido tratada en el castillo y ahora era cubierta con una camisa que le consiguieron en el lugar. Realmente se culpaba por no haber impedido que lo secuestraran y torturaran de aquella manera, y si lo hubieran dejado completamente ciego, no se lo perdonaría al igual que no se los perdonaría a los reyes Park y a los guardias que lo dañaron. No le importaba si éstos últimos no se lo merecían al estar siguiendo órdenes, iban a recibir un castigo también.

También debía de preocuparse por lo que harían los otros reinos ahora que el reino con más soldados, quitando a él y a sus reinos aliados, quedaban fuera del ataque que intentarían hacer a su reino. Él ya pensaba en muchas posibilidades; que ante la desesperación y el miedo atacaran en éstos días creyendo que sería bueno porque estarían “ocupados” con el tema de los reyes Park, otra posibilidad era que simplemente renunciaran al ataque porque los números no estaban a su favor y solo sería una guerra innecesaria en la que se perderían vidas por nada, mientras que otra posibilidad menos probable era que entre ellos hubieran distintas opiniones y eso los llevara a crear conflictos entre ellos, y quizás ante el arrepentimiento de algunos, los otros se sintieran traicionados o con miedo de que los delataran ante los Jeon, y aquello ocasionaría quizás posibles batallas entre ellos.

Aquello último iba a ser tanto una molestia como algo divertido de presenciar.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el movimiento de su esposo entre sus brazos, señal de que estaba despertando. Bajó la mirada buscando la contraria, y se encontró con el rostro adormilado de su amado mirándolo con curiosidad. Su maquillaje estaba un poco desecho y su cabello algo alborotado, pero seguía viéndose precioso y adorable.

𝑹𝒆𝒊𝒏𝒐 𝒁𝒂𝒇𝒊𝒓𝒐 |  𝑲𝒐𝒐𝒌𝑽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora