Capítulo 42

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Capítulo 42

Las mujeres habían hecho el amor toda la noche, estaban nuevamente juntas, estaban más fuertes que nunca, ambas desnudas, bajo las sábanas, la rubia se levanto primero, observo a su esposa, quito sus manos de su cintura para ir al baño, después de levantarse de la taza, lavo sus manos y su rostro, salió se coloco una playera de su closet, así ir a ver a su hija que acostumbraba a levantarse temprano.

Efectivamente el bebé estaba despierto, estaba con su cobijita y su dedo en la boca, mirando los juguetes que había en su cuna, siempre esperaba que una de sus madres fuera a su rescate.

- Hola princesa ¿Cómo amanece la niña más hermosa del mundo? Decía Valentina acercándose a su hija

- Mami. Dijo la pequeña incorporándose en su cuna y extendiendo sus brazos – Quiero Mami

- Pues ven con mami, vamos a prepara un rico desayuno. Tomo a la pequeña en sus brazos y le dio besos en su rostro.

Bajaron a la cocina, Valentina haciendo preguntas a la pequeña de la semana que había pasado, con su mamá y esta le respondía. Le pregunto qué quería comer y esta solo respondió "cereales".

- Mami te amo. Decía el bebé que tenía a toda la familia Valdez en sus manos.

- Yo más mi pequeña Juls, eres la viva imagen de tu mami, mi tesoro hermoso, vamos a darte cereales, hare algo para mamá y tu no te me muevas de esa silla, recuerda la ultima vez que casi te caes. Te amo. Le dio un beso para ponerse manos a la obra con el desayuno, mientras la pequeña disfrutaba viendo a su mamá hacer el desayuno.

Juliana se despertó y al ver que su mujer no estaba en la cama, se fue al baño, se aseo, se coloco una playera, sus pantys y bajo al entrar en la cocina sonrió, ver a Valentina en casa era lo más hermoso que le había sucedido, su esposa, su hija, su pequeño universo.

- Mamiiii. Grito la pequeña al ver a su mamá, Valentina giro y sonrió, Juliana beso a su bebé y luego fue con su mujer. Pasando sus manos por las caderas de Valentina y besándole su cuello, esta le bajo las manos hasta llegar a sus piernas.

- Me encantas. Susurro Juliana en el oído de la rubia

- Tú a mi princesa. Te extrañe tanto. Valentina seguía sumergida en los brazos de la morena.

Entre mimos y caricias ambas mujeres con su pequeña princesa, eran felices a pesar de las vicisitudes que habían atravesado en el camino. Las mujeres nuevamente resolvieron sus problemas, conversaron y Juliana entendió el punto de su mujer.

Las cosas comenzaron a surgir entre las chicas, una estaba en la rama de la literatura y la otra de derecho, así que se mantenían ocupadas, atendían a su pequeña Marivi, cuidaban de la bebé con ayuda de Lupe que era mil veces feliz junto a su nieta, siempre iba de compras con la niña, algunas personas del pueblo Wisconsin le juzgaban por cargar con la hija del pecado, algunos solo veían una pequeña inocente que estaba llena de luz junto a su abuela.

- Lupe, creo que esa niña cada vez que sale con usted, me cuesta decidir quién es más feliz, ella o usted. Porque se ve la complicidad entre las dos, me encanta como son. Decía la cajera del supermercado, mientras pasaba los productos por el detentor de precios.

- Pues esta princesa es el amor más grande que me dio mi hija y mi nuera, es una traviesa, pero le amo tanto, me devolvió la paz, ahora con la llegada de mi otro nieto, no sé cómo iré a hacer. La chica sonreía con Lupe, las observaba a ambas.

- Pues las abuelas siempre saben y usted ha demostrado ser una excelente madre y abuela. La sonrisa de Lupe creció al igual que su pecho, el saber que estaba haciendo las cosas por la felicidad de su familia. La chica le termino de atender y le cobro, de lo cual Lupe saco de su dinero para pagar y salir del súper con su bolsa y la nieta que había robado su corazón y su tiempo.

NOCHES DE LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora