Capítulo 03

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Capítulo 03

Una noche más con luna llena, perpleja, una donde las dos amantes no podían expresar el amor que sentían la una por la otra. Valentina allí frente a su gran amor.

- ¿Podemos vernos mañana? Expresó Valentina

- No. No pienso hablar contigo. Feliz noche Valentina. Dijo esto la morena y se fue a su habitación. Valentina camino luego detrás de ella y se detuvo frente a la habitación. Respiro y decidió que no era el momento - Ya estás aquí y es el primer paso, encontraremos la manera de hablar. Sonrió y bajo las escaleras se despidieron de la familia y se fueron. Valentina llegó a su casa. La casa de sus padres, aún vivía con ellos, una casa bastante elegante, moderna, los Carvajal eran personas con una economía buena, León era un Ingeniero, además de tener muchos contactos con gente importante de la comunidad, Eva quien era la hija mayor, era artista, Guillermo era un Arquitecto, viajaba mucho, Valentina estudio lo que debió estudiar análisis financiero, trabajaba en una de las mejores empresas del pueblo.

Llegó a su habitación después de un día lleno de emociones. Se acostó en su cama y aún con ropa cerró sus ojos pensando en la morena, el color de sus ojos y su boca, su cabello azabache, su piel suave, deseando poder tocarla una vez más.

"Juls mi amor" suspiraba la rubia tendida en su habitación pensando en su morena. Aún el corazón le palpitaba con aquella noche de luna llena.

***

Una morena no podía dejar de pensar en su rubia, no solo el desasosiego de estar de regreso en el pueblo al que juro nunca regresar, también de tener que soportar los malos tratos de su padre por las decisiones que tomó y agregado a eso, que la mujer de su vida era ahora su cuñada. Las ráfagas de pensamientos la aturdían, como cuando la volvió a ver, en el día, cuando colocó su mano sobre ella, cuando le pidió que hablaran. "No hablaremos, es una maldita locura" pensaba Juliana miró el reloj y vio que eran las cinco de la mañana ya había perdido toda la noche. Se levantó y se ducho, bajo y vio a su padre preparar el café. Algo que siempre hacía Macario Valdez.

- Buenos días no tienes que quedarte allí observándome. Macario dijo mientras colaba el café. A sus espaldas estaba su hija

- Buenos días Macario. Expreso y se sentó en la mesa de la cocina. Macario tomó una taza y le sirvió a su hija y otra para él. Le colocó la taza a Juliana, pero él se quedó de pie. Ambos quedaron en silencio - Macario yo... Intento hablar la joven después de aquella discusión en la universidad nunca más tocaron el tema, donde Juliana le confesó a su padre que era homosexual.

- Juliana te voy a dejar las cosas claras. No acepto un hijo homosexual. Ninguno de mis hijos son extraviados y tengo una honorable reputación en este pueblo, lo que vayas a hacer, hazlo lejos de este pueblo y si no te queda claro pues en esta casa no eres bienvenida. Las palabras de Macario atravesaron el corazón de Juliana, estaba acostumbrada al rechazo, pero nunca se acostumbraría al rechazo de su propio padre. Aquel que decía dar la vida por su pequeña princesa. Juliana con su mirada fija en el café con los el corazón roto siguió escuchando la voz de Macario - Este pueblo no tiene por qué padecer de las enfermedades que te contagiaste en esa ciudad. Fuiste a la universidad a estudiar y terminaste aprendiendo malas mañas. Cómo te dije aquel día; volverás a ser mi hija el día que vuelvas al camino correcto ¿Entiendes?

Juliana solo observaba su café al cual no le había dado el primer sorbo. Mordió la parte interna de su labio y pensó que debía decirle algo, pero no tenía caso.

- Bien Macario. No te preocupes, en cuanto se case Michell me iré de nuevo y ya pues no sabrás más de mí. Levantó su mirada y miró fijamente a Macario

- Buenos días. ¿Todo bien por aquí? Preguntó Lupe quien entró en la cocina. Mirando a padre e hija en una batalla de mirada, donde Juliana desistió y se levantó, dejó un beso en la mejilla de su madre.

- Sí Lupe, todo bien, solo que Macario me decía las reglas de la casa y pues ya va siendo hora que me busque un hotel donde quedarme.

- Hija no hagas eso, por favor, a los dos les pido que por el bien de todos tengan una tregua. Michell nos necesita, vamos a celebrar una boda y por él vamos a estar unidos. Decía la mujer sin darse cuenta que cada cosa que sucedía en ese pueblo le dolía con intensidad a la morena.

- Está bien Lupe. Dijo Macario. Cómo digas, pero no quiero espectáculos liberales porque ya sabe tu hija que no se lo voy a permitir. Dijo Macario y salió de la cocina.

***

- Vamos a celebrar tu llegada hermana deja esa cara. Decía Mariana quien llevaba arrastras a Juliana a uno de los bares del pueblo.

- Ya te sorprenderás todo lo que hay de nuevo en este pueblo. Expreso Sergio amigo de Mariana. Quien también era su vecino. El lugar era concurrido, pero ellos no necesitaron hacer la fila acostumbrada. Al ingresar notó que había mucha gente. Se fueron a la barra pidieron unas jarras de cervezas y Juliana le parecía increíble lo mucho que había crecido su hermanita.

- Cambia esa cara hermana que aquí no está Macario y este es uno de los bares más concurridos porque se presta para todo. Mariana era una rebelde sin causa. Y Juliana solo sonrió

- Vamos a bailar dijo Sergio llevándose a Mariana. Está la miró de lejos y le deletreo - Diviértete

La diversión para Juliana se acabó en el momento que pisó de nuevo el pueblo. Los recuerdos, su libertad cohibida. Solo podría reprimir sus necesidades y encima reprimir que la mujer que ama esté a punto de casarse con su hermano.

- En este pueblo no había visto una mujer tan hermosa como tú. Juro por Dios que la recordaría. Expreso una mujer que se sentó al lado de Juliana y quien llamó su atención. Sonrió y miró al barman - Me da otra jarra de cerveza para ella y para mí un whiskey en las rocas.

- Gracias por la bebida, pero no acepto bebidas de desconocidas. Expresó Juliana tomando el último sorbo de su vaso. Sonrió a la mujer hermosa que estaba a su lado.

- Eso se resuelve en un momento. Mi nombre es Tessa mucho gusto... señaló a Juliana

- Juliana Valdez. Dijo Juliana y le extendió una sonrisa - En ese caso ahora si te acepto la cerveza. Ambas mujeres sonrieron y llegaron Michell y Valentina

- Buenas noches. Hermana ¿Cómo la estás pasando? Dijo Michell dando un beso a su hermana en su mejilla. La sonrisa de la morena se borró inmediatamente. Al ver cómo la rubia no parecía contenta con la interacción entre la morena y la otra rubia. Se le notaba la molestia.

- Hola, pues la estoy pasando bien, por allá está Mariana quien me abandonó y pues supongo que ustedes harán lo mismo. Expresó Juliana, recordando lo bien que bailaba su rubia y en ese pensamiento se perdió en un instante al ver lo bestialmente hermosa que estaba la mujer. La conexión entre ellas era única, aún mantenían la magia de saber lo que la otra decía solo con la mirada y sabía que estaba celosa, pero Juliana no podía dejar de ver las piernas de la rubia. Maldiciendo cada vez que subía tratando de disimular su comportamiento. Tragaba grueso cada vez que seguía subiendo por su abdomen como estaba un poco descubierto y Valentina esa noche salió a matar y claramente lo estaba haciendo con la morena que cuando por fin llegó a los ojos de la rubia y esta le sonrió...

Nota:

Buenas noches chicas espero que este capítulo las deje más cautivadas. Un abrazo por el apoyo a todas en especial al club de intensas

🌺❤️𝕭𝖊𝖘𝖔𝖘 𝖇𝖊𝖇𝖊𝖈𝖎𝖙𝖆𝖘 🌺❤️🧉✍🏼

NOCHES DE LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora