Capítulo 3

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Galaxia Vía Láctea.

Planeta Tierra.

Año 2058.



Una pequeña niña movía sus piecitos en el aire a la par que soltaba una serie de risillas ante la escena que estaba frente a ella, era muy común que Lucy no se sintiera cómoda en las revisiones médicas e incluso que faltara con frecuencia, sin embargo, el Doctor de la base, encontró la forma perfecta de llamar su atención y hacerle ver la importancia de que asista a dichas revisiones:

Un show de títeres de calcetín.

La niña pelimorada había llegado a la enorme enfermería con una mirada curiosa, tomó asiento en una de las sillas que se encontraban frente al escritorio y en un par de segundos fue recibida por dos títeres que comenzaron a platicarle de una forma graciosa y un tanto ridícula, todos aquellos consejos que debe de seguir para mantenerse sana, fuerte y por supuesto, mencionarle que debe evitar inasistencias.

— ¡No olvides tomar tus vitaminas todos los días, Señor Rufus!— pronunció uno de los títeres de calcetín.— Debes de crecer saaaano y fueeeeerte.— resaltó con voz chillona.

¡Así será, Doctor Calceto! No quiero parecer chicharo arrugado— contestó el otro calcetín provocando una carcajada en la niña espectadora (a pesar de que la broma era mala, bastante mala).

Una vez que la pequeña "obra" terminó, Lucy aplaudió con emoción mientras se levantaba de su asiento esperando ver el causante de esas maravillosas actuaciones.

El joven pelinegro que yacía sobre sus rodillas detrás del escritorio, retiró los títeres de sus manos y carraspeó su garganta antes de levantarse y mirar a la niña con las cejas alzadas.

— ¡Oh! Pequeña Lucy, me da gusto verte por aquí. ¿Qué necesitas?— preguntó fingiendo sorpresa.

Lucy negó con la cabeza, sonriente y se acercó al Doctor, estirando su mano.

— ¡Vine por mis vitaminas! ¡Yo quiero ser una niña muy muy fuerte y sana!— comentó con emoción mientras giraba sobre sí misma provocando que sus dos coletas se movieran a la par, haciéndola ver adorable.

Jungkook sonrió satisfecho y le entregó un pequeño frasco de color azul, caminó hacia un costado de su escritorio para salir y se agachó poniéndose de cuclillas para estar a la altura de la niña.

— Excelente, Lucy. Recuerda que debes de tomar dos...

— Dos antes de desayunar y una antes de ir a dormir. Claro que sí, Jungkook. ¡Muchas gracias!— la pelimorada se acercó para dejarle un beso en la mejilla al pelinegro en señal de agradecimiento y el contrario, le regaló una sonrisa suave y puso su mano en la cabeza de la infante.

— Nos vemos el viernes, ¿de acuerdo? Iré a visitarles para la sesión de música. — la niña asintió felizmente. — Y no olvides limpiar esas antenas cuando te bañes, pequeña diablilla.— gruñó juguetonamente tocando dos largas protuberancias que podían notarse en la cabeza de Lucy.

Después de que Lucy le ofreció un abrazo de despedida y comenzó a caminar hacia el mismo lugar donde ingresó dando pequeños saltos, la puerta de metal se deslizó a la derecha automáticamente dando paso a una de las asistentes de la base, la joven le dedicó una sonrisa a la pequeña una vez que ingresó completamente y giró su cabeza suavemente al verla marcharse con su frasco de vitaminas en la mano.

— Lucy siempre tan alegre...— espetó más para sí misma.  — Oh... ¿Ya es tu hora de salida, Jungkook?— preguntó la asistente de nombre Suzy al observar como el pelinegro se retiraba su bata blanca y la colocaba en el perchero que estaba situado a un lado de su escritorio.

Gliese - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora