Capítulo 24

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El Universo podía ser demasiado juguetón cuando se lo proponía, reía sin parar cuando movía las piezas a su favor y alejaba a las estrellas más amargadas, no sin mencionar como se divertía haciendo sus travesuras y como le gustaba mirar a sus hijas realizar reuniones y quedarse así por centenas de años luz.

Y aunque a veces solía enfurecerse y provocaba lluvias de cometas desastrosas, él no era egoísta.

Entre tantos años luz de existencia, logró ver más allá de lo que le competía, veía en las profundidades el sufrimiento de aquellos desamparados mientras deambulaban con el corazón adolorido, veía su perdición y desesperación por sentir algo, veía el anhelo...

Y por eso, él lloró de dolor, y así decidió hacer algo al respecto con aquellos perdidos, pero sabía que no podía hacerlo él solo, necesitaba ayuda, por lo que se acercó a sus hijas más poderosas.

Constelación de Draconis.


Gracias a eso, aquellos desdichados encontraron su complemento, su otra mitad, su amor, y aunque estas fueran obligadas a morir u obligadas a apartarse, su recompensa era volver. Regresarían juntos, aunque estuvieran perdidos, aunque su camino haya sido torcido y aunque estuvieran en medio del caos...

Ellos siempre regresarían.

Sin importar que tan lejos estuvieran.


..。.:・゜゜・:.。.



"Jungkook ya no estará más en esta base."

De pronto, todo el lugar se sintió solo.

Y el príncipe de Gliese corrió con desesperación sin percatarse de las miradas que lo observaban con curiosidad en medio de los pasillos, algunos de ellos preguntándose cuál sería la urgencia o por qué los ojos de aquel chico estaban llenos de lágrimas.

Gimiendo el nombre de Jungkook entre sus labios apretados y rogando por ver sus enormes ojos oscuros, Jimin abrió la puerta de golpe que daba lugar a la zona médica, miró de izquierda a derecha con rapidez tratando de encontrarlo y gruñó cuando no lo hizo.

Se acercó a zancadas a la recepción para preguntar por el paradero del pelinegro encontrándose con la mirada caída de una de las tantas enfermeras que laburaban ahí.

"Lo siento, el Doctor Jeon ya no pertenece a esta base. ¿Necesitabas algo?"

Sintiendo que su pecho le dolía cada vez más, negó con la cabeza y corrió nuevamente para ahora, dirigirse a los vestidores que se encontraban a un costado, ignorando las llamadas de los trabajadores vigilantes.

— Me están mintiendo, él no se pudo haber hecho eso.— era la única frase que corría en los pensamientos del pelirosa.

Jungkook no pudo haberse ido, así como así, él amaba trabajar en la base, él amaba estar cerca de los niños, ayudar a los refugiados, ¿qué pudo haber provocado su partida?

— ¿¡Jungkook!?— gritó Jimin una vez que estuvo dentro de los vestidores, observando el lugar con desesperación y deseando con toda su alma que esto solo fuera una jodida broma, que tal vez el apuesto doctor se encuentre jugando con Calico en uno de los rincones de la base o algo parecido.

Gliese - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora