Capítulo 5

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El momento de la merienda había llegado, todos los trabajadores de la base A1 comenzaron a reunirse en el gran comedor para degustar de sus respectivos alimentos y tener unos minutos de descanso antes de continuar con su jornada de manera normal, de igual forma, los militares habían terminado su correspondiente entrenamiento por lo que llegaron al comedor bastante hambrientos y cansados.

Una vez que estuvieron allí, el pequeño grupo observó la larga fila de trabajadores esperando que las cocineras y ayudantes sirvieran los alimentos en cada uno de los platillos y los pusieran en sus bandejas, el más joven de ellos rodó los ojos en claro signo de fastidio ya que consideraba bastante tedioso hacer dichas filas, sus compañeros percibían la misma emoción y claro que estaban de acuerdo, pero solo se limitaron a darle unas palmadas en la espalda y dirigirse a formar.

Pasaron únicamente ocho minutos para que pudieran llegar hasta las cocineras y ayudantes para que pudieran servirles lo indicado en el menú del día, Jackson, el militar más joven de su escuadrón, alzó una ceja en clara señal de desagrado cuando vio a uno de los secretarios de la base tomar el último pedazo de bollo con su mano en forma de pinza.

— No sabes cómo odio a estos fenómenos.— susurró a su compañero de atrás y este solo asintió con la cabeza en una mueca, dándole la razón.— No deberían estar entre nosotros. ¡Ufgh!

Sacudió sus hombros ante el último comentario que realizó y tomó una de las bandejas acercándose a las mujeres y esperar a que su comida fuera servida.

— ¿Eh?— espetó el castaño mientras veía la pequeña porción que se le había servido en uno de sus platos.— ¡Vamos, Sra. Yang! ¿Solo eso?— se quejó.— Venimos todos de nuestro entrenamiento, estamos cansados y nos morimos de hambre. ¿Esto te parece una porción razonable?

La mujer robusta de apellido Yang únicamente se alzó de hombros, sin tomarle mucha importancia a la queja presentada.

— Lo lamento, Joven. Hoy tuvimos la indicación de servir menos porciones.

Detrás de todo aquel grupo, Jungkook se había acercado a la fila junto a Seokjin, sus demás compañeros médicos y los asistentes, con el mismo objetivo que todos los presentes a esa hora. El joven pelinegro no pudo evitar desenfocar su atención a la plática de sus compañeros para ahora escuchar la queja por parte del detestable de Jackson, quedándose atento a lo que escucharía a continuación, reposando su mano sobre la barra.

— ¿A qué te refieres?— preguntó el castaño poniendo la charola sobre la encimera de los alimentos de manera molesta.

— Como lo dije, Joven. Usted sabe que llegaron nuevos refugiados, por lo que ellos necesitan ser alimentados.— explicó en tono neutro.— No teníamos suficiente comida para completar a todos el día de hoy así que por eso las porciones son menores.

El joven de nombre Jackson soltó un bufido, bastante irritado.— Eso es una mierda.— miró a sus compañeros y colocó las manos en su cintura.— ¡Eso es una mierda!— repitió.

Jungkook achicó sus ojos ante lo expresado.

— Joven, le repito que...

— ¡Esa jodida gente está provocando que comencemos a morir de hambre!— todos los presentes dentro del comedor voltearon a verlo, terminando con sus respectivas pláticas.

— Refugiados de mierda...— espetó con odio.— ¡Este mundo no tarda en irse al carajo por su culpa!— se giró para mirar aquellos trabajadores que provenían de distintos lugares, identificando a cada uno de ellos, tomó su bandeja de mala gana y continuó su camino.

Gliese - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora