Al día siguiente, Jungkook le había pedido a Seokjin que cubriera su guardia en la zona médica para así poder marcharse al evento de ayuda que se estaría llevando a cabo en un par de horas, con su característica sonrisa se despidió de su amigo y se dirigió a los vestidores para colocarse ropa más cómoda, tomar las llaves de su casillero y dirigirse al estacionamiento.
Mientras caminaba a pasos tranquilos, el pelinegro giraba su cabeza de vez en cuando en espera de que cierta personita estuviera dispuesta a acompañarlo, pero al observar que nadie seguía su camino su pecho dolió y suspiró con molestia al reconocer que todo lo que estaba sucediendo lo había causado él, que había sido su culpa y probablemente el príncipe se encontraba furioso.
Sí tan solo hubiera sido capaz de mantener su distancia e ignorar los gritos de su necio corazón, Jimin estaría con él en estos momentos.
Aún con el rostro un tanto apagado, se montó en su motocicleta, insertó la llave para encender el vehículo y cuando estaba a punto de colocarse el caso, escuchó el ruido de unas suelas de zapatos que se aproximaban a él, giró su cabeza percatándose de que el príncipe caminaba a paso decidido, acercándose.
Joder, Jungkook casi quiso gritar al verlo.
— Mmm... ah, creo que no llegué tarde, ¿verdad?— espetó el pelirosa tratando de evadir el contacto visual.
El pelinegro por el contrario, lo miraba con sorpresa y emoción, sintiendo el pecho aliviarse por lo pensado anteriormente.— ¿Aún... aún quieres ir?— preguntó para confirmar.
Jimin soltó un suspiro y se cruzó de brazos tratando de verse desinteresado.— Solo iré porque recordé que le prometí a unas personas que les ayudaría con los preparativos finales... nada más.
Jungkook no le creyó del todo, sin embargo, solo se limitó a asentir mientras sonreía plácidamente e invitó al ojiazul a montarse en la motocicleta, saliendo juntos de la base y dirigiéndose al evento correspondiente.
Sin duda sería una tarde bastante interesante...
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Una vez que llegaron al vecindario y parquearon la motocicleta, los jóvenes comenzaron a caminar por las calles percatándose de que varias personas necesitaban ayuda para terminar de acomodar sus respectivos inmuebles por lo que no dudaron en continuar apoyando a cualquiera que lo necesitaba.
Pasaron solo un par de minutos para que el aura del pelirosa cambiara por completo; ahora se encontraba mucho más sonriente, contento y entusiasta, a decir verdad, Jimin sentía de alguna forma que se encontraba de regreso en Gliese al ver toda la unión y calidez de las personas para tan bonita acción.
Y es que como hubiera deseado que su padre estuviera presente.
Seguramente le hubiera encantado apoyar a toda esta gente.
Muy curiosamente, algunas de las familias que preparaban sus puestos quedaron sorprendidos al enterarse que el joven de cabello rosado no era residente de la Tierra (Jungkook se los dijo, por supuesto), sino que pertenecía a una monarquía real de un planeta bastante lejano por lo que los elogios y preguntas no tardaron en llegar al príncipe de Gliese e inclusive, algunas abuelas de familia le obsequiaban collares y pulseras como amuletos o preguntaban sí debían inclinarse ante él, Jimin por supuesto, negaba una y otra vez no permitiendo aquello mientras sentía sus mejillas arder por tantas miradas de asombro rodeándolo.
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Gliese - Kookmin (+18)
FantasiaEscapando de su hogar por culpa de una guerra, el príncipe Jimin y su gente llegan a un planeta completamente desconocido llamado Tierra. El pelirosa se promete a sí mismo no tener ningún tipo de relación con nadie en aquel lugar, sin embargo, el pr...