Capítulo 28

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Un par de días después...

Después de una deliciosa y fresca ducha, el príncipe de Gliese cerró la cortina que ocultaba la regadera del pequeño baño que se encontraba dentro de su habitación y se dirigió al lavabo para terminar de arreglarse.

Observó curiosamente su reflejo en el espejo inspeccionando todas las partes que conformaban su rostro, notando como parecía que el color de su piel estaba más vivo y brillante e incluso el azul de sus ojos era un poco más intenso, de hecho, él se sentía más fuerte conforme los días pasaban. Jimin podía imaginarse que era lo que estaba sucediéndole, sin embargo, no quería sonar ridículo o algo por el estilo sí dijera su teoría en voz alta.

Salió del cuarto de baño vistiendo sus prendas del día siendo recibido por un chiflido por parte de su amigo y guardián.

— Uff, vaya su majestad.— Taehyung se sentó en la cama y cerró la revista que estaba leyendo.— Cada día te ves más deslumbrante, simplemente espectacular.— admitió sonriéndole a su mejor amigo.

— Taehyung... ¿me veo diferente?— preguntó un pelirosa sonriente y sonrojado.

— ¡Claro! Yo te veo...— el peliazul se bajó de la cama y comenzó a caminar hacia su alteza, poniendo sus brazos sobre los hombros de Jimin.— Resplandeciente, muy, muy feliz. ¿Te sientes diferente?

— Un poco a decir verdad.— admitió el príncipe mordiéndose el labio y mirando sus propias extremidades.— En estos días me he sentido enérgico y muy entusiasmado.

— ¡Es el efecto del amor!— chilló Taehyung abrazándole por los hombros.— El amor te provoca eso, ¡te vuelve más vivo! He notado lo diferente que eres ahora que estás junto al Doctor Jeon.— explicó regalándole una sonrisa a su amigo.— Él te hace mucho bien.

Jimin asintió en acuerdo.

Estar junto a Jungkook ha sido increíble; desde que regresaron a la base y el pelinegro obtuvo nuevamente su puesto como parte de los médicos de la base A1 las cosas entre ambos habían florecido de maravilla y solo habían experimentado momentos de felicidad, romanticismo y alegría.

Y desde entonces, Jimin había notado un cambio importante en él, se sentía más fuerte, sentía una especie de adrenalina recorrer su cuerpo, una emoción completamente distinta; el pelinegro lo hacía sentir invencible.

Y por supuesto, cada día que pasaba, el príncipe se sentía más y más enamorado del joven médico, le atraía tanto su personalidad, madurez y serenidad, su sentido del humor y también lo desastroso que podía llegar a hacer, le encantaba sentir el toque de su piel, sus labios rozando los suyos, adoraba escucharlo hablar y maldecir cuando estaba muerto del cansancio por la jornada, y sobre todo, se conmovía cuando visitaba a los Glieasianos y demás refugiados para revisar su estado de salud aunque no se lo pidieran, porque le importaba que todos y cada uno de ellos se encontraran bien.

Woah.

Jungkook lo era todo.

— Aw, Jiminie. No sabes lo contento que estoy de que por fin te hayas dado la oportunidad de ser feliz.— el joven guardián le sonrió con ojos brillosos.— Merecías volver a vivir, merecías volver a... disfrutar.— de repente, su expresión cambió a una traviesa haciendo que el príncipe alzara sus cejas.

— Sí así te ves tan feliz, no me quiero imaginar cómo estarás cuando por fin Jungkook te...— el ojimiel terminó su oración dictándosela al oído del príncipe haciendo que Jimin abriera sus ojos de golpe y sus mejillas se tornaran rojas.

Gliese - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora