Capítulo 33

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Días después...

La lluvia había envuelto las calles de Busan nuevamente, las copas de los árboles se movían de manera abrupta debido al viento que soplaba y soplaba conforme las horas iban transcurriendo.

Un escandaloso trueno fue el causante de que toda la ciudad perdiera la corriente eléctrica provocando que muchas personas dentro de sus hogares utilizaran diversos objetos para alumbrarse y poder ver en la obscuridad, tal era el caso de los Jeon, quienes optaron por el uso de veladoras porque era con lo que más contaban en ese momento.

Al caer la madrugada, Jungkook se removía entre las sábanas de su cama, arrugando el entrecejo con molestia intentando recuperar la calma en su profundo sueño mientras que la llamarada de la vela posada sobre su mesita de noche se movía al ritmo de su respiración.

Y es que, la voz femenina llamándole estaba cada vez más y más presente en su día a día; pedía por él con voz lastimera, lloraba suplicando su regreso y exigía una venganza completamente ajena a su conocimiento.

Sus manos agarraron la sábana con fuerza, no solo por la inquietud que le transmitía aquella voz, sino también por esa corriente térmica que recorría su cuerpo como la sangre en sus venas y parecía no detenerse nunca.

No fue hasta que se escuchó un segundo trueno que el joven médico abrió los ojos y se sentó de golpe, su primer parpadeo provocando que la vela no solo se apagara, sino también se consumiera.

Y no, no había sido el viento que se avecinaba a su ventana.

Jungkook echó su flequillo hacia atrás mientras regulaba su respiración y observaba la oscuridad de su habitación, notando que la vela estaba consumida.

— Mierda...

Talló su cara con ambas manos antes de estirar el brazo para tomar el porta velas, levantarse de la cama para caminar hacia la puerta y dirigirse hacia la cocina para buscar un repuesto.

Bajó las escaleras con cuidado deteniéndose únicamente para observar la fotografía de su madre que yacía sobre una de las paredes, entre la oscuridad, Jungkook logró visualizar la dulce sonrisa de su progenitora por lo que no pudo evitar hacer una mueca y acariciar la imagen con sus dedos.

— ¿Segura que estás bien?

El joven médico siempre había atribuido que era su madre quien lo buscaba en sueños y le hablaba en estos, le preocupaba la idea de que Jia no estuviera descansando en paz y por eso siempre le hablaba y lo buscaba con frecuencia en sus sueños, a fin de cuentas, ella había fallecido en un accidente inesperado por lo que el pelinegro tendía a creer que no estaba en paz.

Una vez llegando a la cocina, el pelinegro abrió uno de los cajones para tomar una vela nueva mientras rascaba la marca de nacimiento de su cuello que comenzó a picar para después encender el objeto con un par de cerillos.

— Tu madre nunca ha dejado de buscarte.

En ese instante, Jungkook arrugó su frente una vez más debido a la voz que resonó dentro de él, provocándole una molestia en su cabeza, dejó la vela en la barra de la cocina y recargó ambos brazos en esta a la par que cerraba los ojos con fuerza tratando de que el episodio pasara.

— ¿Jungkook? ¿Hijo? ¿Todo bien?

Juwon había escuchado a su hijo salir de su habitación por lo que únicamente bajó para verificar que todo estuviera en orden.

Gliese - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora