Capítulo 27

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— No sabes cómo me duele tu ausencia...

— Te estoy buscando, te sigo buscando...

— ¿Acaso no percibes que te estoy llamando?

— Hijo mío...

Jungkook abrió los ojos lentamente y arrugó su frente, se sentó en la cama esperando que su cerebro funcionara luego de tantas horas de sueño profundo. 

Luego el pelinegro giro su rostro e hizo una mueca al notar que el otro lado de su cama estaba vacío pero su expresión cambió al ver al pelirosa entrar a su habitación con una charola en mano.

— Hola— el príncipe cerró la puerta con su pie y se acercó lo suficiente para dejar la charola en la mesita de noche que se encontraba a un costado de la cama.

— Buenos días— saludó Jungkook con una sonrisa echándole un vistazo al contenido de la charola; un omelet todo destrozado, una barrita de manzana y una taza de café.

—¿Tú hiciste todo esto? Su majestad, me siento halagado.

Jimin se acercó al pelinegro y le dejó un casto beso en los labios.— Hice lo mejor que pude con ese omelet.— el pelirosa se mordió el labio sonrojado porque de hecho, esta era la primera vez que hacía algo como esto con alguien.

— Se ve exquisito, soy tan afortunado.— elogió con mirada amorosa antes de que el pelinegro tomara la taza caliente entre sus manos alarmando así al príncipe.

— ¡Espera, eso está caliente!

Jungkook detuvo su movimiento, alzó ambas cejas mientras comprobaba aquello y tomaba con más fuerza la taza.— No, no lo está, cariño. No te preocupes. 

Jimin supuso que solo estaba exagerando así que lo dejó pasar, tranquilo de que el azabache no se haya quemado sus manos.

Luego de darle un trago al café, el pelinegro invitó al ojiazul a sentarse junto a él, rodeando sus brazos con los suyos y dejándole un sonoro beso en la sien.

— Tenemos que regresar a la base, cariño.—  explicó con un ligero puchero en sus labios, soltando una exhalación.— Seokjin me dijo que los demás doctores están perdiendo la cabeza sin mí y no se dan abasto.

Jimin río un poco antes de asintir con la cabeza. — Lo sé, Calico debe de estar preocupado por mí. Y necesito saber como han estado Taehyung y los demás Gliesianos. 

Asintió con la cabeza ante ello. — Pero antes, me gustaría que disfrutáramos de nuestras últimas horas aquí.— tomó ambas manos del príncipe y las besó.

— ¿De verdad?— preguntó Jimin con los ojos brillosos, emocionado. 

¿Qué más podrían hacer? El atardecer en la balsa había sido una experiencia única, ¿podría haber algo mejor que eso?

— Ujum, así que vamos a enlistarnos pero aaanteeeees.— alargó esas últimas palabras antes de tomar el rostro del pelirosa y besarlo con cuidado.

El príncipe sintió nuevamente esa corriente cálida recorrer su cuerpo cuando el beso se volvió más profundo, y juró que la sensación incluso fue más placentera que la primera vez.

Después de diez minutos de besos tiernos, fuertes y cariñosos, Jungkook se levantó de la cama y se dirigió al cuarto de baño.

Una vez dentro, observó su reflejo en el espejo del baño mientras terminaba de limpiarse los restos de pasta dental que había usado para cepillarse los dientes, sonrió asegurando que se vieran limpios y con su mano, retiró algunas gotas de agua que habían salpicado el espejo.

Gliese - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora