Capítulo 39

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Un silencio aterrador en la sala de juntas.

— Desde mi gabinete, quiero expresar que estoy sumamente adolorido y aturdido por la situación.

— Les pido de favor a todos los pobladores de las ciudades vecinas de California que no salgan de sus casas.

Cientos de trabajadores observaban cada una de las diversas noticias que eran presentadas por televisión a nivel mundial.

— Canadá acaba de anunciar que el ejército de su país se unirá a los estadounidenses a pelear en contra de esos extraños seres.

— Reportan la muerte de al menos 14 refugiados de la base CN35 de la India, luego de que el presidente del país ordenara el retiro del programa de protección que había iniciado hace ya más de 20 años.

Murmullos, maldiciones y expresiones de preocupación inundaban el lugar.

— Rusia y Corea del Norte informan que sí no hay una respuesta por parte de la base A1 de Corea del Sur, ellos mismos entregarán al príncipe de Gliese, ya que es el único culpable de que los invasores extrasolares hayan atacado a Estados Unidos.

El ordinal de la base A1 mordiéndose el labio, sin saber qué hacer.

¿Cómo podía decidir qué era lo mejor?

— Mi compañero Saeho-Min se encuentra en Italia, donde ahora mismo se está llevando a cabo una manifestación para que se respeten los derechos de los refugiados de la base KSJ1, muchas personas no están de acuerdo con el mal trato que han estado sufriendo esos pobres pobladores.

— Yo, presidente de los Estados Unidos, lamento informar de la pérdida total del Estado de California, recemos todos juntos por las almas de los 39 538 223 habitantes de aquel lugar que perdieron la vida en manos de esos invasores.

Un trabajador apagó el televisor de la sala con el pequeño control que tenía a un costado de su escritorio y miró a su jefe con ojos de súplica y terror.

— ¿Ahora entiende por qué debemos de entregar al príncipe?

Min-jo tragó saliva, llevó su mano hasta la frente para retirar un poco del sudor que se había acumulado en la zona y abrió ligeramente los labios para comenzar a hablar, pero fue interrumpido por el gran azote de la puerta siendo abierta.

Todos los trabajadores miraban con confusión al soldado que había ingresado sin ningún tipo de autorización, sin embargo, pudieron notar que estaba demasiado alterado por lo que lo dejaron hablar.

— Ordinal Min-jo.— Jackson tragó saliva y se acercó a paso apresurado al jefe de la base.— Necesito que esté enterado de algo, es demasiado importante.

El señor Min-jo ladeó su cabeza, un tanto preocupado por la expresión del joven.

¿Qué era lo que tenía que decirle?



..。.:・゜゜・:.。.

Tic tac

Tic tac

Tic tac

En la sala de usos múltiples, se podía sentir la tensión y el miedo del momento.

Jimin hizo su mayor esfuerzo para regalarle una sonrisa a su novio y transmitirle de alguna forma que nada estaba sucediendo, convencerlo de que el y su padre había tenido una amena y divertida plática, que habían hablado de bebidas, granjas y estrellas.

Gliese - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora