Capítulo 31

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El ruido del canto de los pájaros que yacían sobre las ramas de los árboles fue lo que despertó a Jungkook la mañana siguiente, el pelinegro abrió sus ojos con lentitud, arrugando su rostro a medida que esperaba acostumbrarse a la luz solar que recaía sobre sus orbes, se sentó sobre el colchón y talló su cara con ambas manos antes de mirar el desastre que había sido causado dentro de la casita, preguntándose además el por qué la lámpara estaba rota y agradeciéndole al cielo de que no se haya encendido mientras hacia el amor con Jimin.

Con una sonrisa de pillo y completamente embobado, se dio la vuelta para atrapar en sus brazos al cuerpo con el que había compartido una experiencia maravillosa la noche pasada, sin embargo, se llevó una sorpresa al percatarse de que el lugar estaba vacío.

Miró alrededor de la casita hasta que se encontró con Jimin sentado cerca de la puerta admirando el paisaje de un día fresco con cielo disperso, su cuerpo desnudo siendo cubierto por una de las sábanas de seda. Sin importarle que no tuviera alguna prenda puesta, Jungkook se encaminó hacia él y se sentó a un lado.

— Cariño, buenos días, ¿llevas despierto mucho tiempo? — el pelinegro ladeó su cabeza esperando por una respuesta de su ahora, novio.

En ese momento, el príncipe giró su rostro hacia el joven médico y este abrió ligeramente sus labios; el color de los ojos azules de Jimin se veía mucho más intenso que antes, su piel se notaba más luminosa y podía sentir una extraña, pero reconfortante aura alrededor de él.

Mierda.

Se veía más hermoso que nunca.

Y para ser honestos, Jimin se había despertado sintiéndose extraño, pero sabía que muy probablemente se debía al sexo tan intenso de la noche pasada por lo que ignoró aquello.

— En realidad no— sonrió el pelirosa, mirando a su chico con alegría.— Tal vez unos 15 minutos, espero no haber hecho algún ruido que pudiera despertarte.

Jungkook negó con la cabeza y se acercó lo suficiente para dejarle un suave beso en los labios.— Ven, quiero estar abrazado a ti antes de irnos...— el pelinegro tomó su mano y se levantaron caminando de nuevo hacía el colchón.

A decir verdad, Jimin tenía otros planes por lo que lo detuvo y se acercó a la boca de su novio.

— Y yo quiero sentirte otra vez...— susurró contra el aliento caliente del pelinegro, mordiéndose el labio con las mejillas rojas por actuar de manera tan atrevida.

Mierda, para ser honestos, el príncipe de Gliese no podía esperar a que Jungkook despertara para besarlo de nuevo, tocarlo de nuevo, abrazarlo de nuevo y por supuesto, sentirlo dentro de él de nuevo.

— ¿Qué dices? Ah... ¿de nuevo? Uh, ¿hablas de...?

Jimin miró de arriba hacia abajo el cuerpo de Jungkook, dándole una mirada llena de deseo, provocando que el pelinegro tragara saliva y sintiera su miembro comenzando a despertar.

Ay madre mía.

— Bueno, un mañanero nunca le hace mal a nadie.— respondió con voz alegre tomando la cintura del pelirosa.

— ¿Un qué?— la risita que soltó Jimin fue detenida cuando Jungkook se inclinó hacia sus labios.

Y así, se besaron lentamente durante unos minutos, moviendo suavemente sus labios juntos mientras se volvían a familiarizar con las bocas del otro.

Gliese - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora