Capítulo 13

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Soltando un suspiro señalando así un inminente cansancio, Jungkook colocó un par de cubetas de metal en el suelo y acercó un diminuto banquito de madera para posteriormente, sentarse cerca de una agradable Rufina que esperaba para ser ordeñada como era de costumbre.

Luego de un par de regaños por parte del pelinegro ya que la vaca frente a él no había comido el último conjunto de heno que se le dio, este comenzó a realizar su trabajo concentrándose en extraer el fresco líquido de sus ubres, hasta que después de un par de minutos, recordó aquella plática que su padre y él tuvieron la noche anterior.

La noche en la que admitió que estaba sintiendo algo por el príncipe de Gliese.

Y es que, una vez que decidió hablar con su padre para que le diera algún consejo, omitiendo la parte en la que se estaba refiriendo a un hombre claro está, este no aprobó del todo que Jungkook sintiera alguna especie de encanto hacia una persona, no porque fuera algo negativo, o no quisiera que su hijo experimentara un romance serio, sino porque simplemente consideró que el joven médico podría salir lastimado de alguna manera.

— ¡Vaya, hijo! ¡Me parece de maravilla!— le soltó un cariñoso codazo.— ¿Y entonces? ¿Qué piensa esa personita de ti? ¿Ya han hablado de sus sentimientos, verdad?— sonrío, feliz por su hijo.

— Oh... bueno...— el pelinegro rascó su nuca, un tanto apenado.— En realidad... uh... lo único que sé es que yo no le parezco tan desagradable... je.— enseñó sus dientes en una sonrisa un tanto nerviosa.

Y por supuesto, aquella frase provocó que el mayor de los Jeon le diera a su hijo todo un sermón, ya que, nuevamente, no consideraba correcto que Jungkook quisiera acercarse a alguien que no pensaba cosas lindas sobre él, ya que su corazón podía salir herido.

Definitivamente que una persona te dijera que no le pareces "tan desagradable" no es ningún tipo de sinónimo de "oh, me pareces alguien lindísimo".

Pero tal vez Jungkook era ajeno a aquello.

O tenía mucha fe.

Esas palabras claramente, decepcionaron un poco al pelinegro por lo que optó por regresar a su habitación sin decir nada más y se limitó a solo intentar dormir, por supuesto, no concilió el sueño en toda la noche y amaneció bastante agotado.

— ¿Él me odiará..?— preguntó para sí mismo mientras seguía con su labor de ordeñar a la vaca.— Pero... él me dijo que no le parecía tan desagradable...— hizo una mueca, pensativo.— ¿Eso es bueno, no?

Rufina bufó fuertemente.

— Ah no, no empieces tú también.— recriminó el pelinegro dándole un pequeño manotazo en la barriga del animal.— Suficiente tengo con los "consejos" que me dio mi padre.

El pelinegro terminó de ordeñar a la vaca y se levantó para llevar las cubetas a una orilla, se lavó las manos antes de sacar su móvil de su bolsillo trasero, después de deslizarse un par de veces en las aplicaciones, revisó un documento donde se encontraba su horario laboral de la semana percatándose de que tenía tres días libres y oh Dios, Jungkook adoraba sus días libres... pero...

— ¿No pasa nada si voy a trabajar en mis días libres, verdad?— preguntó así mismo mientras veía a Rufina negando con la cabeza en fastidio y darse la vuelta como un acto digno de un programa de Disney.

— Siempre se necesitan manos extras en la base...— sonrío mientras colocaba su móvil en la barbilla, pensativo.— Y así podría verlo más...— se mordió el labio antes de retomar su atención al móvil y dar un pequeño tap al contacto de Seokjin.— Pero antes, necesito un consejo del mejor casanova que conozco...

Gliese - Kookmin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora