Alertas

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Will

Llamo al timbre del apartamento de mamá y espero. Faith, a mi lado, se remueve algo nerviosa.

—Todo va a ir bien —le aseguro por enésima vez. Me enternece su actitud.

—¿Y si no le gusto?

—Eso es imposible. Eres su nieta. Y eres perfecta. Es imposible que no le gustes.

Mis palabras le provocan una sonrisa al mismo tiempo que la puerta se abre, pero no es mamá quién está al otro lado. Es Oliver, que curva sus labios en una sonrisa al reconocernos.

—¿Qué haces tú aquí? —pregunto sorprendido.

Sé que en este último mes Oliver y mamá se han visto varias veces, pero no esperaba verlo hoy aquí. Cuando le comenté que pasaría esta tarde por aquí con Faith no me comentó que él también estaría.

—He pasado por una tienda de electrónica para comprarme un portátil nuevo porque ayer me petó el antiguo y le he comprado un televisor nuevo a mamá. El que tenía era muy antiguo. —Nos cede el paso y accedemos al apartamento.

Mamá está sentada en el sofá, junto a Claire, que a estas alturas luce una bonita y redonda barriga de embarazada. Frente a ellas hay un televisor enorme, uno que ocupa gran parte de la pared. Faith se carcajea a mi lado y yo no puedo evitar poner los ojos en blanco.

—Hermano, en serio, ¿no crees que ese televisor es... excesivo?

—Se lo he dicho. —Claire alza una mano a modo de saludo.

—Según el vendedor es el mejor del mercado. Como tener tu propia sala de cine en casa.

—Ya, pero este salón no es precisamente una sala de cine, Oli. ¿No has pensado que es demasiado pequeña para un televisor de esas proporciones? Es imposible verla entera de un solo vistazo. Hay que verla por partes. — Suspiro.

Oliver chasquea la lengua.

—Pues mamá no se ha quejado.

—No querrá herir tus sentimientos.

Compartimos una mirada de ojos entrecerrados y luego la posamos sobre mamá. Ella se encoge de hombros.

—A mí me parece bien, así puedo ver la tele desde la cama —dice señalando la puerta cerrada de su dormitorio. Luego, se levanta del sofá y se dirige hacia nosotros, con los ojos fijos en Faith. Hoy mamá tiene buen aspecto. Sonríe y no tiene las ojeras habituales—. Tú debes ser Faith. — Coge sus manos y las estrecha entre las suyas—. No sabes lo mucho que me alegra conocerte, cariño.

Faith sonríe y durante unos segundos un silencio raro nos sobrevuela. Aún estamos intentando acomodarnos a esta nueva situación. Una situación donde mamá vuelve a estar presente en nuestras vidas. La verdad es que aún no sé muy bien qué lugar va a ocupar en ella. Que Oliver haya decidido darle una oportunidad ayuda a sentirnos todos más cómodos. Y Aiden también lo ha hecho, aunque como sigue en Los Ángeles por el periodo de adaptación de los niños, aún no ha podido verla en persona, aunque sí hizo una videollamada con ella la semana pasada y le presentó a Lucy. El único que sigue resistiéndose es Jayce, quién se muestra bastante distante con nosotros estos días. No le doy importancia, se ha comprado un piso nuevo y está ocupado con la mudanza. Además, soy consciente de que necesita tiempo. El abuelo Duncan también está enfurruñado con la idea de que mamá vuelva a formar parte de nuestra familia. Papá, sin embargo, parece extrañamente sereno. Incluso diría que aliviado. Algo me dice que la idea de tener a mamá cerca, aunque sea a través de nosotros, le hace sentir bien.

Entre Leyes  y Pálpitos  (Libro 3: Saga Vínculos Legales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora