GOLDEN - 𝑯.𝑺

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GIANNA

—Hola, amor, ya estoy en el avión, así que ya puedes dejar de preocuparte.—dije despreocupadamente mientras le sonreía a la chica que se sentaba en el asiento junto al mío y ella copiaba mi gesto.

—Dejaré de preocuparme cuando aterrices sana y salva. —replicó él— O mejor, cuando llegues al apartamento de Taylor. O más bien cuando vuelvas a casa.

—Harry, ni siquiera me he ido de Los Ángeles y ya estás pidiendo que regrese.

—Exactamente, ¿te das cuenta de lo patético que soy cuando no estás conmigo?

Puse los ojos en blanco mientras trataba de contener la sonrisa en mi rostro, en lo que la chica junto a mí me observaba con curiosidad.

—Muy patético—estuve de acuerdo—. Pero en unas horas, cuando estés enfocado en algún nuevo proyecto, ni siquiera recordarás que no estoy allá.

Harry bufó al otro lado de la línea.

—Lo dices porque eso te pasará a ti, en cuanto empieces a trabajar con Taylor ni siquiera querrás regresar.

—¿Quieres que peleemos sobre quien se olvidará primero del otro?—dije, tratando de que sonara como chiste. Esperé que Harry no sintiera el leve resentimiento en mi voz ante la certeza de que sería él.

Harry permaneció en silencio por unos segundos.

—No, Gianna, tal vez esto te sorprenda, y no sé si es tu caso, pero al menos yo estoy cansado de que peleemos. —replicó él, sonando jodidamente cansado, dejando atrás por completo la diversión que tenía al inicio de nuestra conversación.

¿Peleábamos seguido?, ¿o si quiera peleábamos?

En lo que a mí respectaba, nosotros simplemente hablabamos levemente del problema, fingíamos que lo resolvíamos y luego lo evitábamos al máximo. De hecho yo estaba cansada de simplemente evitar los problemas.

—Que tengas un buen viaje.—murmuró él en respuesta a mi silencio— Realmente espero que sea maravilloso.

—Gracias.—repliqué distraídamente— Te escribiré cuando llegue.

Silencio.

—Bien.

—Adiós.—solté apresuradamente antes de colgar.

Suspiré profundamente mientras miraba el techo de la cabina del avión.

—¿Estás bien?—murmuró tímidamente la chica sentada junto a mí.

Me apresuré en recomponerme antes de dirigirle una sonrisa.

—Sí, no te preocupes, solo, ya sabes—

—¿Peleas de pareja?

Reí suavemente.

—Sí, supongo que sí. Nada serio.

Ella sonrió, antes de extender su mano en mi dirección.

—Soy Leyli, por cierto.

Repliqué su gesto y estreché su mano.

—Gianna.

—Lo sé.—replicó tranquilamente— Soy fan de Harry, de hecho estuve en el concierto que hicieron en México.

La observé por unos segundos, mientras mi cerebro intentaba hacer las conexiones.

—¡Cierto!—exclamé emocionadamente—Hablamos contigo mientras salíamos del estadio, ¿verdad?