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Septiembre. El mes en que finalmente iniciaba la gira. 

Definitivamente fue un mes sin descanso.

En la primera semana obligué a Harry a ir al médico, ya que llevaba algún tiempo quejándose de un dolor en la muñeca.

Le dijeron que debía someterse a una pequeña cirugía.

Harry hizo un pequeño drama por ello, hasta que el doctor le dijo que no tendría problema para tocar la guitarra durante el primer concierto de la gira. Sabía que estaba un poco nervioso, pero se controló cuando le comentó a Anne la situación, ya que la mujer estaba demasiado preocupada por ello. Estuvo a punto de viajar a Londres para acompañarlo, pero él le dijo que era un procedimiento sencillo y la convenció de que no era necesario. 

No me sorprendí cuando tan solo un minuto después de colgar la llamada mi teléfono sonó para indicar que Anne me estaba llamando. Le expliqué que la cirugía era sencilla y que se debía a que tenía los tendones ligeramente tensos, y tras prometerle que cuidaría de Harry después de la misma, finalmente colgamos.

Tampoco me sorprendí cuando la noche previa al procedimiento quirúrgico escuché los golpes de mi amigo en la puerta de mi habitación.

—Pasa.

Abrió la puerta lentamente y se apoyó en el marco mientras me observaba.

—Hola.

—Hola.—sonreí.

—¿Ocupada?

Revisé la gran cantidad de hojas, partituras y contratos que tenía sobre el pequeño escritorio de mi habitación.

—Un poco.—admití, pero le hice una señal de que entrara, a lo que suspiró aliviado mientras se arrojaba sobre mi cama y se ubicaba de forma ladeada para verme.

—¿Qué haces?

—Reviso que todo esté listo en la Academia para mi partida.

—¿No lo habías hecho ya?

Asentí.

—Énfasis en "reviso".

—Cariño, lo tienes preparado desde hace tiempo, estará bien. Debes relajarte un poco.

Miré las pilas de papeles y recordé lo aburrido que era revisar uno a uno, sobre todo los enormes paquetes de contratos.

Además, para eso tenía a Nate.

—Supongo que podría descansar un rato.

Harry sonrió y dio palmaditas en el espacio del colchón junto a él.

Puse los ojos en blanco y me acosté a su lado debajo de las sábanas, usando su brazo como almohada.

—Eres una pésima influencia, Harry Styles.

Rio y negó con la cabeza.

—De no ser por mí no dormirías y te quedarías todas las noches revisando esos papeles. Me parece que soy una muy buena influencia.

Fingí no prestarle atención.

—Al menos eso dice tu mamá.

Espera.

—¿Qué?— me senté rápidamente y volteé a verlo.

Tenía una sonrisa divertida en su rostro mientras veía mi reacción.

—Harry Edward Styles.

—Gianna Sunshine Aborn.

Jadeé sorprendida. Sabía mi segundo nombre.

GOLDEN - 𝑯.𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora