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HARRY

—Recuerda —empecé —no hay ninguna razón para estar nerviosa, todo saldrá bien, mamá estará— mi gran discurso fue interrumpido al escuchar la risa de Camille.

—No estoy nerviosa, chéri, ¿qué es lo peor que podría pasar? Además,—se encogió de hombros—salgo contigo, no con tu mamá.

Oh. Vale.

—Sí, claro, tienes razón.— dije mientras intentaba hacer que mi sonrisa no pareciera una mueca.

Joder, había actuado en una película del mismísimo Christopher Nolan, aquello debía ser pan comido.

No pude evitar recordar la vez en que había llevado a Gianna a la casa de mamá y Robin en Londres, su evidente nerviosismo y necesidad de que todo saliera perfecto, incluso cuando iba a conocer a las gatas de mamá, lo que fue lindo y verdaderamente divertido.

Al notar la expresión confundida de Camille al ver el cambio en mi expresión, pues inevitablemente al recordar ese momento una sonrisa tonta apareció en mi rostro, aparté la mirada rápidamente y carraspeé un poco.

—Bueno, ¿nos podemos bajar del auto ya?—preguntó extrañada.

—Sí, sí, lo lamento.— repliqué aceleradamente mientras me apresuraba a bajar del mismo para abrir su puerta.

—¿Seremos solo nosotros y tu mamá, verdad?—íbamos con los brazos entrelazados, caminando hasta la entrada de la casa.

—Eso supongo. Aunque mamá dijo que tenía una "sorpresa".

Camille me miró con las cejas alzadas.

—Espero sea una buena.—comentó.

Reí.

—Yo igual.

Tras una última inhalación profunda me dispuse a tocar la puerta, pero antes de que mi dedo siquiera tocara el timbre la imagen de mamá estaba frente a mí, con una enorme sonrisa y los brazos abiertos.

La abracé con fuerza después de haber estado separado de ella por tanto tiempo, inhalé su aroma característico que me hacía sentir tan en casa y llené su rostro de besos hasta que me apartó de ella en medio de risas. Teniéndola frente a mí sentía que dejaba de ser un artista en medio de su primera gira mundial, y simplemente era un chico que había estado fuera de casa por mucho tiempo y finalmente regresaba a los brazos de su madre.

Camille carraspeó ligeramente, regresándome a la realidad.

—Mamá, ella es Camille.— dije rápidamente mientras me ubicaba junto a mi novia y rodeaba su cintura con mi brazo.—Chère, esta es mi mamá, Anne Twist.

Camille le dio una enorme sonrisa y extendió su mano.

—Es un verdadero placer, Harry no para de hablar sobre su hogar, es asombroso poder estar aquí finalmente,

Mamá estrechó su mano mientras le daba una pequeña sonrisa.

—Puedo decir lo mismo, ya era hora de que conociera a la novia de mi pequeño.— replicó con bastante formalidad, que me hizo fruncir ligeramente el ceño.

—¡Anne creo que ya hay que sacar la comida del horno!— gritó una voz perfectamente conocida desde la cocina, mientras escuchaba sus pisadas en lo que se acercaba a la sala en que nos encontrábamos todos.—¡Sabes que lo sacaría yo misma pero honestamente me dan un poco de miedo los hornos porque—y entonces se detuvo al vernos en la entrada.—¡Harry!

Ahí estaba ella, Gianna Sunshine Aborn, mi compañera de casa, aventuras, gira y momentos. Mi mejor amiga. La persona que me confundía porque simplemente no lograba sacarla de mi cabeza. Salí de mi estupefacción cuando vi que su rostro se adornaba por una enorme sonrisa incrédula, corrí a su encuentro y cuando la tuve frente a mí la rodeé con mis brazos y la levanté por un segundo del suelo, mientras escuchaba su risa.

GOLDEN - 𝑯.𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora