VII

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Tony y Danilo comían las empanadas con desesperación, y como dice el dicho: "Barriga llena, corazón contento".

Danilo sonreía con la cabeza recostada en la mesa, mientras veía a Tony, que aún no terminaba de comer.

Tony por otro lado estaba sentado como buda y disfrutaba su comida como nadie. Aunque también estaba impresionado de que Danilo hubiera terminado tan rápido.

— Acabaste rapidismo vo'.

Danilo asintió. — Y si boludo, no comía desde ayer.

Tony se atragantó con la empanada y Danilo le dio un par de golpes en la espalda hasta que dejó de toser. Tony le dio las gracias a Danilo y luego se lo quedó mirando con una cara de preocupación indisimulable.

A Danilo no le gustaba que le tuvieran lastima, pero la expresión de Tony era tan genuina que no pudo molestarse con él.

— Wacho ¿tanto tiempo? ¡Yo comi galletas en la mañana y ya sentía que me estaba muriendo de hambre!

Danilo solo se alzo de hombros, y Tony pensó que no podía permitir que algo así sucediera. Como anillo al dedo, tuvo una idea fantástica: le pagaría a Adriana para que cuando hiciera de comer le diera también a él y a Danilo.

No le dijo nada al Uru para no hacerle falsas ilusiones, por si Adriana le decía que no. Pero al menos ya tenía una idea.

— Vamo', acompáñame al bloque ¿si? ya no me acuerdo cómo llegar. Ya sabes que vivo en el mismo que Carlos.

La carcajada que soltó Danilo causó un puchero en Tony.

— Pero no te rías boludo, llevame, anda.

— Si, si. Vamo', de una.

Danilo agarro con una mano la bicicleta y la otra se la cruzo a Tony por los hombros.

EH, ARQUERO! | Danilo Sánchez × male OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora