LXXV

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El segundo tiempo inició. Aunque Boca seguía presionando, Danilo estaba más motivado que nunca. Liniers empezó dominando con tanta destreza como habían logrado dominar en el primer tiempo.

Carlos quería entrar. Necesitaba jugar. Había visto llegar a la esposa de Ghandi, necesitaba demostrarle que su esposo había logrado ayudarlo. Le rogó al DT para que lo dejara entrar y este por fin accedió.

Se hizo el cambio, y Danilo y Tony sonrieron al ver a Carlos entrar.

La cancha entonces se volvió prácticamente una disputa constante del balón entre Carlos y Danilo. En esas, Carlos logró avanzar hasta el arco de Liniers. Fue su primer intento, los hinchas de Boca estaban expectantes y...

Tony lo atajó. Carlos exhaló frustrado, pero no se iba a dejar vencer. Tony mando el balón al otro lado de la cancha, y de nuevo, Liniers retomo el dominio sobre el balón.

Fue el turno de Danilo de intentar anotar. Fue una jugada muy buena, pero el arquero de Boca logró atajarla y envío el balón hacia Carlos.

Tony observó a Danilo correr desde donde estaba, intentando alcanzar a Carlos.

Carlos le hizo un par de señas a Fer y este entendió lo que quería hacer.

Esquivando con una habilidad impresionante, y haciendo uso de su talento nato en el fútbol, Carlos le paso el balón a Fer.

Fer parecía a punto de intentar marcar un gol, Tony se preparó para ello, pero en lugar de eso, pateo la parte inferior del balón, elevandolo justo para que Carlos le diera una patada certera en dirección al lado opuesto de la portería en el que Tony estaba.

El segundo intento de Carlos fue un éxito y ahora el marcador era un empate.

Tony estaba en shock. Uno de los trucos más viejos del libro y había caído redondo. Volteó a ver a las gradas y todos parecían decepcionados y tristes. Su mirada se encontró con la de Danilo y sintió ganas de llorar. Él nunca había fallado en un partido.

Danilo no estaba molesto, ni nada parecido. Sabía que sin Tony ese partido ahora sería un 7-1 y estaba plenamente consciente de que Tony no podía hacerlo todo. Necesitaba tomar las riendas del juego.

Carlos festejó con su equipo, reavivando las esperanzas de Boca de ganar. Danilo estaba feliz por Carlos, pero no podía permitirse perder este partido.

Él se había esforzado mucho, Tony se había esforzado mucho, sus amigos estaban ahí y su hermano también. Si no ganaba... ¿de que iba a servir tanto esfuerzo? Y si Tony había fallado una vez ¿por qué el arquero de Boca fallaría una también? Ese arquero no era igual de bueno que Tony.

El partido se reanudó y con una decisión admirable, Danilo llevó por sí solo el balón al otro lado de la cancha. Dio todo lo que tenía de sí mismo y nada pudo evitar que pasara dándole vueltas a todos los defensas de Boca.

Eran él y el arquero y Danilo sabía que no podía permitirse fallar.

Y lo logró. Fue un gol impresionante, prácticamente sin margen para permitir que fuese atajado.

Los hinchas de Liniers -sobre todo los que venían con Danilo y Tony- enloquecieron de felicidad.

Por mucho que Boca intentará remontar el marcador, el tiempo no se los permitió.

El silbato del árbitro sonó, indicando el final del partido.

Liniers fue campeón.

Tony corrió hacia Danilo y lo primero que hizo fue disculparse, pero Danilo lo envolvió con sus brazos, y no lo dejo terminar. Tony no tenía porque disculparse.

El equipo estaba tan feliz que separaron a Tony y a Danilo de su abrazo para cargarlos y festejar. En la adrenalina del momento, ambos terminaron sentados en los hombros de otros de sus compañeros, mientras se agarraban de las manos y todos festejaban a su alrededor.

En las gradas todos estaban extasiados, festejando como nunca. Cochi estaba tan feliz que sus pensamientos le ganaron y mientras festejaban se detuvo un momento para mirar a Anabella a los ojos. — ¿No querés casarte conmigo?

Anabella lo agarro de la cara, Cochi la sostuvo de la cintura y se dieron un beso. — ¿Cómo no voy a querer Cochi?

Ambos se sonrieron y continuaron festejando por la victoria de Liniers.

Martín también festejaba la victoria de su hijo, que le sonrió desde lejos. No podía estar más orgulloso.

Sebas igual estaba muy feliz por su hermano. Se sentía tan vivo en ese momento y la felicidad era tan nitida. Su hermano había logrado ser mejor.

Carlos estaba triste por haber perdido. Sin esperarlo, la mujer de Ghandi se había acercado a él.

— Sabes que el tiempo estaba en tu contra. Pero me demostraste que podés jugar, y cumpliste con la última voluntad de mi marido. Tenés un gran futuro Carlos Tévez. — Finalizó, abrazando a Carlos, quién le agradeció por sus palabras.



































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mi bb tiene ke apendejarse d vez en cuando pero d todas formas salió campeón

y el apache es el apache, el tiene los poderes saben? no keria desmeritar la habilidad del gran carlitos tevez

EH, ARQUERO! | Danilo Sánchez × male OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora