XLIV

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Danilo, Tony, Carlos y Mariela esperaban afuera de la escuela al papá de Mariela. Carlos quería pedirle permiso al papá para "formalizar la relación".

Danilo y Antonio no pintaban nada en ese cuadro pero estaban haciendole la gamba a Carlos por si el Hugo lo intentaba matar.

De cualquier forma, desde que Danilo había retomado la escuela, los cuatro solian platicar a la salida, y Mariela no era ninguna tonta, ya se había dado cuenta también de las cosas entre Tony y Danilo. Hacia tiempo que estaban en la orilla de la pileta, y alguien necesitaba darles un empujón.

— ¿Pero para que le vas a pedir permiso al Hugo? ¿Van a casarse? — Dijo Tony, haciendo montonsito. 🤌🏾

— Y no se trata de eso, Tony. Es porque Carlos y yo queremos que las cosas entre nosotros sean más serias. No nos casamos ahora pero los dos tenemos claro que queremos del otro, eso es importante. — Respondió Mariela.

Danilo frunció el ceño. — Pero igual eso lo saben ustedes, ¿que le tienen que decir a tu papá?

— Porque así funcionan las relaciones amigo, que querés que te diga — Le respondió Carlos. — Primero son amigos, le pedís para ser novios, se presentan a la familia, se comprometen, se casan, tienen hijos y viven juntos para siempre felices. — Cuando termino de decir eso, la Mariela le sonrió y le dio un beso rápido.

— Capaz no todas las parejas hacen lo mismo, al final lo único que importa es que se quieran y se hagan felices. — Completo Mariela.

Danilo miro de reojo a Tony, que estaba recargado en la pared mirando a Mariela con admiración. La piba la tenía clara.

Entonces llegó la camioneta del Hugo, Carlos y Mariela fueron a hablar con él, mientras Danilo y Tony esperaban a ver cómo salían las cosas. Aún así, Danilo quería hablar con Tony.

— ¿Vo' qué piensas de todo lo que dicen esos dos? — Preguntó Danilo, tanteando el terreno. Buscando tener una oportunidad.

Tony estaba hundido en sus pensamientos. — Estaria re piola que vo' me pidieras para ser novios.

El Uruguayo no dijo nada. El corazón se le aceleró muchísimo y Tony ni siquiera estaba consiente de lo que había dicho, porque el solo pensó en voz alta y como Danilo no reaccionó, Tony no se dio cuenta de lo que había revelado.

Todas las emociones que Danilo había intentando mantener alejadas salieron a flote en ese momento y su cerebro le hizo una lista de todas las veces en las que Tony le había demostrado lo mucho que lo quería.

Y se sintió estúpido por haber pensando que Tony no estaba interesado en él, cuando era algo obvio. El lo había notado, no eran ilusiones suyas, todo este tiempo había tenido a Tony queriendolo a él.

Pasaron un par de minutos más, que para Danilo fueron siglos, hasta que Carlos volvió con ellos. Mariela ya se había ido y Carlos les contó que con Hugo todo había salido de maravilla.

Los tres empezaron a caminar en silencio, y en un intento por calmarse, Danilo empezó a conversar con Carlos.

— ¿Y está bueno Boca o es puro chamuyo?

— Tenés que contarnos todo eh — Le dijo Tony a Carlos.

Carlos sonrió. — Esta repiola, juegan re bien, pero pasa que juegan juntos hace un montón y son medio blanditos.

A Danilo le funcionó el truco porque pudo apartar sus sentimientos un momento para concentrarse en el fútbol.

— ¿Que tiene que ver que jueguen juntos hace un montón? En Liniers igual, y me los bailo a todos juntos. Esos no son blanditos.

— Solo Franco, ¿no? — Bromeó Tony, empujándolo con el codo. Danilo se puso rojo pero asintió. Ni para Carlos ni para Tony esto paso desapercibido.

— ¿Te dan zapatillas nuevas o eso igual es puro chamuyo? — Danilo volvió a hablarle a Carlos. No quería mirar a Tony, se iba a poner rojo hasta las orejas. Justo ahora podía sentir su rostro tibio.

— Puro verso, nada que ver. — Respondió Carlos, haciendo montonsito. 🤌🏽

— A nosotros sí. Igual no las uso porque con las que me dejaste vo' juego mejor — ¿A quién intentaba engañar? Danilo no podía estar sin hablar con Tony.

Y Tony solo se preguntaba si el sonrojo de Danilo no era fiebre. Capaz estaba enfermo.

EH, ARQUERO! | Danilo Sánchez × male OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora