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Danilo se sentó en el sofá con las piernas extendidas, como siempre, pero cuando la rodilla de Tony rozo con la suya, junto un poco las piernas, dejando distancia entre ambos.

— Che, no te enojes conmigo.

Danilo ni siquiera volteó a verlo. — Yo no queria ma' quilombo con ese pibe, si yo no le dije nada a Cochi no se porque vo' tenias que decirle algo

— Te dejó dos semanas fuera, Dani. El DT no le iba a hacer na' si no se lo pedían y se merece la sanción. Y Cochi se preocupa por vo', tenía que saber. — Tony puso su mano en el hombro de Danilo.

— Pero son mis problemas Antonio, no tenes porque meterte. — Replicó Danilo.

— Pero si tengo por qué. Porque me importas, y porque te quiero Danilo.

Al escuchar eso, Danilo sintió calor en la cara y volteó a ver a Tony. Era obvio que en algún punto de la conversación se le habían salido las lágrimas, pues su rostro se notaba húmedo.

Danilo de inmediato se arrepintió de sus palabras, se giro hacia Tony, acercándose a el y extendiendo su brazo sano para tomar su cara.

Le acarició la mejilla con el pulgar. Tony sonrió de lado y se recargó en la mano de Danilo, mirándolo a los ojos.

— Solo no quiero mas quilombos Tony. Y yo también te quiero. Te quiero un montón, sabelo.

Tony sonrió grande, y Danilo tomo valor para acercarse más a él. Tragó saliva y entonces sintió los labios de Tony encima de los suyos.

Aún con un brazo lesionado y sin poder jugar el deporte que le apasionaba, Danilo en ese momento sintió que no era posible ser más feliz. Cerró los ojos y se quedó quieto, disfrutando de la sensación de recibir un beso del amor de su vida.

Tony no sintió que Danilo reaccionara, así que se separó de él — P-perdon, yo creí q-

Danilo había jalado a Tony hacia él, besándolo con desesperación, sintiendo la necesidad de estar siempre así de cerca.

Estaba tan extasiado por la sensación que, olvidando su brazo lastimado, intentó recargarse en el sofá. Se separó gimiendo de dolor.

Tony rápidamente se quitó de encima de él. — ¿Estás bien? — Le preguntó, volviendose a sentar propiamente en el sofá, y volteando a ver el suelo.

— Sisi, que pelotudo, me olvidé.

Por un momento ninguno de los dos supo que decir, hasta que Danilo carraspeó.

— Tony.

— ¿Sí?

— ¿Queres... — Al escuchar eso Tony alzó la cara para mirarlo y sonrió emocionado. Danilo se obligo a concentrarse y terminar de hablar. — ...querés ser mi novio?

Tony volvió a besarlo. — Dios, sí. Claro que sí. — Respondió, juntando su frente con la de Danilo, que sonreía como nunca.

EH, ARQUERO! | Danilo Sánchez × male OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora