Amor. Una palabra tan sencilla pero con un significado tan hermoso. Hay mucho por decir del amor, pero nadie se atreve a hablar de él.
¿Qué se oculta a través de aquel sentimiento? Será quizás algo que muchos no entienden, algo que para otros es ine...
La charla que en un principio parecía ser coherente, pero, como era de esperarse, se transformó en una completa distracción y burla hacia Valentine, Aurora y William.
Hudson no estaba interesado en lo más mínimo en las peleas que Joanne quería ocasionar, sin embargo la apoyaba desde lejos mientras aplaudía a los insultos que ella creaba. Los miraba desde el pasillo y esperaba a que acabaran para poder irse.
Se encontraba apoyado en la pared, con su vista hacia los demás, pero también le guiñaba el ojo a cada persona que pasaba a su lado, lo cual ocasionó miradas desprevenidas y nerviosas.
No era extraño de esperar que Hudson siempre encontrará una manera de coquetear con los demás, hasta cuando su mejor amiga se encontraba en un duelo de miradas penetrantes y con un vocabulario muy grosero.
Mientras se hacía el galán y tiraba un par de piropos a las muchachas bonitas que se retiraban del comedor, Theo, unos de los "defensores" de Joanne, intentaba defender a su hermana, Ophelia, por ser atacados por el trió que tan solo quería obtener un poco de paz y dejar de que Joanne y sus amigos los molestaran.
No pasó ningún minuto para cuando los ojos grises de Hudson se posaron en el largo cabello colorado, en sus ojos celestes y en la ropa pegada al cuerpo de Valentine, que quedó embobado por la forma tan delicada de moverse y en la manera tan fluida de hablar.
Aurora fue la primera en darse cuenta, sin poder resistirse en mirar a Valentine de forma amenazante aunque fuera su amiga y, sin creer los que sus ojos veían, ella dejó a sus amigos en medio de la discusión, mientras que ella se retiraba ofendida del lugar, sin quitarle la mirada apagada a Hudson.
Valentine no pudo percatarse de aquello, su mente estaba tan metida en la discusión que ni siquiera se dió cuenta de que Aurora se había ido.
William fue el único que miró hacia atrás. La miró sin entender su reacción, que de pronto lo dejó tan confundido.
Sin poder dejar de mirarla de abajo para arriba, Hudson permaneció callado admirando la belleza exterior que su rival poseía.
«Joanne me mataría si ve que trato de coquetear con Valentine»
Pensó por un segundo. Sus manos se entrelazaron entre sí y se mordió el labio inferior. Su pose y vista cambiaron de repente al ver al director asomarse, se cruzó de brazos y tensó la mandíbula.
—A dirección, ¡ahora! —Alzó su voz para llamar su atención.
Los seis presentes acudieron rápidamente a las órdenes, que por su mala suerte, ahora estarían en problema.
«Mierda»
Joanne al pasar por el costado de Hudson, no dudó en darle un pequeño y liviano golpe en la cabeza con su mirada dominante en él. Hudson respondió al golpe con una mirada confusa en ella.
Todos entraron en la oficina, suspiraron y maldijeron en voz baja. Valentine seguía cruzada de brazos, con sus ojos intensos que no paraba de ver a Joanne.
«Ojala me miré así»
Volvió a pensar, y por un momento creyó que estaba siendo ridículo al pensar en ella de otra manera.
El director se sentó en su gran silla giratoria, mientras le pedía a los demás tomar asiento, acto que todos hicieron.
—Bien, ¿Me explican que paso? —preguntó seriamente mientras apoyaba sus brazos por encima del escritorio.
Se formó un murmullo entre ellos, cada uno quería tomar la palabra, todos querían hablar, por lo que hizo que entre ellos empezarán a discutir.
—¡Silencio! —gritó para obtener la atención de sus seis alumnos que no parecían querer cooperar.
Todos se miraron entre sí y esperaron poder hablar, pero el director parecía querer mantener un silencio incómodo entre ellos, que duró, por lo menos, unos cinco minutos.
—Lo que pasó es que, nosotros: Aurora, William y yo, estábamos comiendo en el comedor, y de la nada vienen ellos y nos empezaron a molestar y a burlarse de nosotros —explicó Valentine.
—Eso no fue así —mintió enseguida—. Ellos empezaron primero —dijo señalando a Valentine. Levantó las cejas, como si aquello fuera evidente.
—Mentira —protestó William al escuchar a Joanne.
Los gritos resonaban en cada esquina de la oficina. Otra vez se presentó un desorden en aquella habitación, el director apoyó su cabeza en sus manos, sin aguantar las peleas y discusiones inútiles que escuchaba.
—Yo ni siquiera estaba dentro de la pelea —habló Hudson y llamó la atención de los presentes.
—Basta, no son niños de cinco años —interrumpió—. Vayan a sus casas, ya escuche suficiente. —Se levantaron de su asientos y con un poco de dificultad salieron todos de aquel lugar que tanto odiaban.
Los cuatros se dirigieron hacia la casa de Joanne al ser la más cercana de la escuela.
Con la mayor paciencia, ya en su habitación, no pudieron evitar mirarse uno al otro, con algo de rencor en sus ojos. Ellos se sentaron en la cama mientras que Joanne caminaba de un lado al otro.
—¿Qué pasa? —indagó Theo al ver la tensión que Hudson y Joanne habían ocasionado. Ambos hermanos no entendkeron la situación, buscaban ese giro que al parecer no encontraban.
—Resulta que ahora Hudson gusta de Valentine —Su voz gruñía y soltaba sus palabras con ácido.
«¿Tan rápido se dió cuenta?»
—¿Y qué tiene de malo?
—Se supone que la odiamos, la molestamos y no la aguantamos, no te puede gustar ella —explicó con un poco de alteración en su habla.
—Igual no me gusta —Apenado miró hacia abajo, sin dirigir la mirada a sus ojos—. Que lindo cuadro —mencionó para buscar otro tema de conversación y distraerla un poco a Joanne.
Ella revoleó los ojos, suspiró e intentó tranquilizarse, soltó una pequeña risita de enojo. La piel de Hudson se erizo, tragó saliva con dificultad y evitó mirarla por un rato.
Hudson exhalo y miró a Theo con una mueca de susto, una mano en su pecho y con la otra peinaba su cabellera rubia.
Ophelia miró a ambos a punto de reírse por la reacción tan demandante que Joanne había tenido, intentó no llamar la atención para no tener un problema con su amiga por haberse reído de la situación.
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