Mucho por decir del amor

33

El día soleado despertó a todos los estudiantes. Los rayos de sol traspasaba por la ventana y daba directo hacia sus ojos. La alarma sonó sin parar hasta que Aurora la apagó. Se sentó en su cama y bostezó. Miró su celular, solo eran las ocho de la mañana por lo que sabía que era un nuevo día en Nueva York.

Volteó su mirada hacia la cama de Joanne y Valentine, pero su mejor amiga no se encontraba ahí. Se levantó y se dirigió al baño justo cuando Valentine salía. Se saludaron vagamente y entró. Minutos después todas en la habitación ya estaban despiertas.

ellas bajaron al último piso. Aurora y Valentine fueron directo a saludar a William. Mientras esperaban a los demás.

—Buenos días a todos —comenzó a hablar la coordinadora— para empezar esta mañana, vamos a desayunar a unas de las cafeterías, luego iremos a la plaza de Times Square.

La alegría empezó a prosperar en todos aquellos que aún seguían con sueño, mientras que otros ya estaban saltando de la emoción con sus amigos.

Fueron a una gran cafetería cerca del hotel en el que se hospedaban. William, Aurora y Valentine se sentaron uno al lado del otro en una mesa larga para todos los estudiantes. Joanne, Aurora, Hudson y Theo se sentaron en frente, porque Hudson quería sentarse en frente de William. Mientras esperaban que los demás se acomodaran.

—¿Dormiste bien al lado de Joanne? —susurró Aurora con ambas cejas levantadas.

—¡¿Qué?! Esperen, ¿de qué me perdí? —Miró hacia las dos que intercambiaban miradas cómplices.

—Valentine durmió con Joanne —Le guiñó un ojo a Valentine mientras le respondía a William.

—Habían solo tres camas y nosotras somos cuatro y Aurora y Ophelia pidieron las camas primero. Básicamente me obligaron —Se cruzó de brazos mientras miraba de reojo a Aurora que evitaba estallar de la risa.

«No entiendo por qué no admite que le gusta» Pensó Aurora. 

Los pedidos empezaron a llegar. La mayoría pidió café con leche con alguna medialuna o tostada.

Valentine ignoró en todo el desayuno las indirectas de Aurora al notar a Joanne en frente de ella. William estaba sentado en el lado izquierdo de Valentine y con su codo la empujaba con delicadeza para molestarla.

—¿Por qué no le hablas? —Tomó un sorbo de su café sin quitarle la mirada ensima a su amiga que parecía que no lo escuchó.

Aurora le dio un mordisco a su medialuna con jamón y queso y trató de no hacerle caso a la tentación de reírse. Por alguna razón, al ver que Valentine los ignoraba porque estaban hablando de Joanne le causaba risa al saber que ella le gustaba.

«No sabía que mi amiga era media boluda»

Pensó con sarcasmo. Luego su vista fue hacia Hudson y al no sentir nada sonrió, bajó su cabeza y solo le prestó atención a lo que ingería.

Era una sensación nueva volver a mirarlo y ya no sentir nada, era lindo ver como él y William se llevaban tan bien, aunque nunca imaginó que ellos dos estarían juntos, era extraño que a pesar de que lloró un montón por él, ahora estaba feliz por ambos.

Le pareció raro pensar que ellos y el grupo de Joanne estaban teniendo cada vez más conexión entre sí, más allá de burlas y molestias que Joanne siempre ocasionaba. Nunca se le cruzó por la mente que ella terminaría enamorada de Valentine o que Hudson dejaría de coquetear con mujeres para estar con William.

Aún no sabía si lo que pensaba estaba en lo cierto, ya que creía que muchas cosas pasaron muy de pronto y que todavía le costaba ver cómo las cosas iban cambiando.

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Todos terminaron de comer y un autobús los esperaba afuera. Subieron y fueron directo a Times, una intersección de avenidas, calles luminosas y carteles publicitarios que llamaban la atención de cualquier turista.

Al llegar todos quedaron con la boca abierta. Intentaron no separarse uno del otro. Entraron a tiendas y algún que otro museo.

—Que hermoso —. esa palabra era muy poco para describir lo que veía, sin embargo era todo lo que salió de su boca.

William iba detrás de Valentine, le susurraba todo lo que ella no quería escuchar. Pero no le importó al estar en una gran ciudad, o al menos eso aparentaba. Ella estaba junto a Aurora que hacía lo posible para que su amiga se acercara a Joanne.

Hudson se acercó a William con pasos discretos hasta estar a su lado y agarrarlo del hombro. Ambos sonrieron y permanecieron juntos. 

Joanne hablaba con Ophelia y Theo mientras caminaba por el lugar.

Algunos de los estudiantes se sentaron en unas bancas para mirar y apreciar la vista que tenían antes sus ojos. Aurora miró a todos sus amigos, parecía que estaban todos disfrutando. Pero la mirada de Joanne puesta en Valentine decía más que mil palabras. Se veía hipnotizada, como si lo más hermoso que había visto era a Valentine y no al paisaje.

Valentine estaba tan concentrada en sacar fotos que no se habia percatado que unos ojos negros la miraban.

Aquellas miradas enamoradas daban vueltas en su mente. «¿Alguna vez alguien me mirará de esa manera?» pensó al ver a todos los que parecían enamorados, como Hudson y William que estaban agarrados de la mano. Algunos de sus compañeros estaban en pareja y pudo ver a los desconocidos caminar abrazados, algunos con rosas, otros se besaban y no había una descripción perfecta para describir el amor que estaba antes sus ojos. 

Joanne parecía estar más que enamorada y no solo causaba alegría en Aurora al verla así, sino que también le daba celos al no tener a nadie con quien poder decirle lo tanto que ama. Eran pensamientos que no se iban, que se quedaban aunque ya había superado a Hudson.

Ella sabía que podía amar más que a nadie, pero creía que no había alguien con quien pudiera amar sin ocultarlo.

Aunque ella no se dió cuenta de que había unos ojos que la miraban como a ella le gustaría que la miraran. 

Theo intentaba disimular, pero le pareció imposible al querer apreciar su belleza e incluso querer acercarse, pero no lo hizo, porque sabía que ella no estaría interesada en él, y aunque deseaba tener una charla con ella, se limitaba a establecer una conversación con la chica que le gustaba.