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Los suspiros agitados se escuchaban por todo el pasillo, los estudiantes a su alrededor la esquivaban y se dirigían a sus respectivas aulas, mientras que ella iba hacia el baño aún con los labios húmedos y sus manos sudadas. Por un momento se olvidó de que las clases comenzaban. Solo pudo fijarse en su reacción tan acelerada y confusa por la cual su cuerpo se sentía atraído.

Llegó al baño y miró a su alrededor, perfecto al no ver a nadie que se interponga en sus pensamientos que, ahora le estaban exigiendo una explicación. Se apoyó cerca del lava manos y tocó su pecho. Podía sentir el ardor que producía el calor en su cuerpo y el ritmo rápido de su corazón al no poder tranquilizarse.

«¿Qué me pasa?»

Por algún motivo que ella desconocía las ganas de llorar se hicieron presente en la oscuridad que empezó a surgir. El entorno parecía agradable, sin embargo quería esconderse en una soledad que todavía no estaba al tanto de ella. No era la primera vez que se sentía así, podía acordarse de aquel dolor. como cuando despertó en su casa un día después de la fiesta y las dudas empezaron a aparecer y las respuestas carecían.

«¿Por qué me siento así?»

la confusión la atormentaban al no poder saber o averiguar el sentimiento que ahora estaba experimentando. Sus ojos llorosos y envueltos en aquel momento en el que las dos se encontraban en la biblioteca dejó una marca profunda en sus pensamientos.

Se limpio con suavidad su rostro. Con agua intentó disimular y aparentar su sonrojo, se miró al espejo con vergüenza antes de querer salir del baño.

No era como lo pensaba. Algo de lo que ella quería la hacía dudar.

«Como la odio, la odio, la odio, la odio, la odio, la odio, la odio, la odio, la odio, la odio, la odio, la odio, la odio»

Salió con la cabeza hacia abajo y sus manos en su boca aún confusa. Fue hacia su salón, la clase ya iba adelantada por lo que intento ser lo más silenciosa.

Entró sin ser vista por la profesora que estaba de espalda escribiendo en el pizarrón. Se sentó en su asiento e intercambió miradas con Aurora, quien le intentaba preguntar como estaba, sin poder hacerlo por no querer interrumpir el silencio que había.

Ya terminada la clase de filosofía. Se prepararon para irse a cada uno a su casa. Aurora tomó de la mano a William y Valentine.

-Vamos a mi casa -Miró a ambos con una mirada tierna para convencerlos. Tardó un rato para que aceptaran su salida. Salieron de la escuela y caminaron hacia la casa de Aurora.

-¿Qué pasó con Joanne? -Aurora estaba intrigada por lo que había pasado en la biblioteca, tardó mucho en volver a clases y eso la preocupó

-Me volvió a besar -Ambos, con la boca abierta dejaron de caminar.

-Para, contá todo, desde un principio. ¿Cómo qué te beso? -exclamó William con un cierto brillo en sus ojos y con una mirada que desconcertó a Valentine.

-Ella me dijo que quería hablar conmigo, pero me enoje y de la nada me besó -soltó un suspiro, miró las nubes y volvió a caminar con seriedad para fingir demencia. Su pulso se aceleró, pero se mantuvo tranquila mientras asentía con la cabeza.

-¿Y te dejaste?

-Si.

William y Aurora recuperaron el paso y volvieron a caminar. Quedaron al costado de Valentine, aun con las ganas de seguir preguntando.

-Fue muy rápido, ni me di cuenta.

«No supe como reaccionar, eso es todo». Pensó sin hacer ningún contacto visual, con temor a que sus amigos mal pensaran la situación.

-Ella no me gusta -aclaró al sentir los ojos de sus amigos puestos en ella -. La odio.

Aurora y William no dudaron en mirarse el uno al otro con una sonrisa curiosa. Ninguno pensaba incomodarla pero las dudas que aparecieron les exigía a seguir con las preguntas. No estaban seguros de que tan directa hubiera sido la respuesta de Valentine, por lo cual, la simple curiosidad los mantenía al tanto.

-¿Segura? -William tocó el hombro de Valentine y ella asintió con la cabeza.

Luego, antes de llegar a la casa de Aurora. No le prestó atención al incómodo silencio que se formó. Escuchó los latidos de su corazón acelerarse más que antes y volvió a recordar los besos que se dieron. ¿Desde cuándo le había prestado tanta atención? No lo sabía, pero de alguna forma le gustaba pensar que podría volver a besarla, aunque no sabía el porqué. Se lamentaba cada vez que se le venía la imagen de ella en su cabeza, como si fuera algo prohibido, como si no debía.

Odiaba tener que creer que podía verla todos los días en la escuela y tener que ignorarla como si no la conociera. Sabía que la odiaba y que Joanne también lo hacía, entonces.

«¿Por qué me beso?»

No quería seguir con los pensamientos que en este mes la había hecho dudar y ahogar en un millón de preguntas que tenía por hacerle.

Aguantó la respiración para contenerse al hablar al llegar ya a la casa. Volvió a respirar con normalidad cuando abrieron la puerta y subieron las escaleras para ir hacia la habitación de Aurora. Ella, junto a William se acomodaron en la cómoda cama, mientras Aurora hablaba con su mamá.

-¿No te parece raro que Joanne te haya besado? -Llamó la atención de Valentine que estaba a su lado-. Creo que le gustas -Lo miró desentendida al estar en las nubes de sus pensamientos.

Creyó que ya había caído muy bajo al querer pensar en Joanne y en querer besarla, pero después de haber escuchado a William pensó que se desmayaría por el simple hecho de creer que Joanne podría estar enamorada de ella. Negó aquella afirmación con la cabeza.

-¿Acaso pensás en lo que decís? No le gusto a Joanne. Imposible.

-¿Y cómo estás tan segura de eso? Primero te invito un trago en la fiesta y te beso, aunque estaba borracha, no importa, lo hizo. Y después pasaron los días e intentó hablarte. Hoy, ¿qué pasó? te beso. No hay otra forma de explicártelo.

Valentine no dijo nada, solo lo escuchó como debía. Ambos esperaron callados a Aurora y cuando regresó se desviaron del primer tema de conversación y trataron de mantenerse entretenidos con alguna otra charla interesante.

 Ambos esperaron callados a Aurora y cuando regresó se desviaron del primer tema de conversación y trataron de mantenerse entretenidos con alguna otra charla interesante

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Mucho por decir del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora