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Se sentía algo torpe y tenía el presentimiento de que sus amigos no le querían decir algo, como si constantemente le estuvieran mintiendo. Rodó los ojos ante aquel pensamiento que evitaba.

Caminaba recta sin mirar a los demás. Se dejó dominar por el enojo que surgió al darse cuenta de que Hudson coqueteaba con Valentine.

Theo, Ophelia y Hudson la seguían, iban detrás de ella sin comprender su enojo tan repentino. Hudson pensaba que era por lo que había pasado días atrás, por mirar de esa forma a Valentine.

Ophelia solo mantuvo la calma al verla liderar. Pensó que no molestar a Valentine por un día ya le había causado frustración en tan poco tiempo.

Theo solo daba vueltas en su pensar, mientras miraba a su hermana con rareza, sin entender nada de la situación.

Joanne solo protestó en voz baja ante las miradas inquietas que surgieron a su alrededor. No quiso dirigir la palabra a sus amigos que seguían detrás de ella mientras intercambiaban miradas entre ellos.

Pasaban por el pasillo repleto de estudiantes. Se dirigió hacia su próxima clase, pero antes, se detuvieron en su casillero, lo abrió bruscamente y colocó dentro de el los libros que sostenía. Cerró la pequeña puerta con molestia y miró a sus amigos con ignorancia.

Ellos solo retrocedieron un paso y agacharon la cabeza al notar su furia. Cuando Joanne miró hacia su otro costado, vió a Valentine de reojo que se dirigía hacía su salón.

Volvió a caminar hacia ella. Dejó atrás la mirada fría y seria, la convirtió en una sonrisa en sus labios y un brillo incapaz de distinguir en sus ojos negros.

—Oye, ¿A dónde vas? —sus palabras salieron de su lugar oscuro, con una ligera sonrisa de costado, mientras agarraba el brazo de Valentine para evitar que se escapara.

—¿Qué quieres? —con una mirada cansada se dirigió a ella, un poco molesta por ser interrumpida. Quería ir a clases sin estorbos.

—Nosotras tenemos algo pendiente, ¿recuerdas?

La rebajó con la mirada sin soltar su agarre.

—¿Dónde están tus amigos? ¿Hoy no están para defenderte?

—Que te importa —dijo e intentó irse, pero Joanne la detuvo al tirar del brazo de Valentine y atraerla hacia ella.

—Tu no te vas así nomás —aprovechó para empezar una discusión o tratar de burlarse un poco de ella, pero antes de mencionar algo que le molestara, Valentine se soltó de Joanne con dificultad, corrió y se adentro al salón.

Joanne la maldijo y se quejó en voz alta, caminó rápido y fue también al salón. Theo, Hudson y Ophelia hicieron lo mismo.

La clase de física se encontraba aburrida. En su banco dibujaba arriba de un papel bocetos que a ella misma le parecían extraños, pero entretenidos de hacer.

Por un segundo levantó su vista y miró hacia el ventanal que se encontraba lejos de ella. Captó igual a Valentine sentada en el fondo, y por lo que observó, también estaba aburrida, mientras parecía intentar tomar nota de lo que la profesora decía, pero a su vez bostezaba repetidas veces.

Sin disimular se le quedó viendo. Buscó la forma de llamar su atención y querer molestarla en silencio, pero al parecer, Valentine no dirigía su mirada ninguna vez. Joanne pensó en diferentes formas de hacer que ella la mirara, pero no encontraba el momento justo para hacerlo.

Tomó robada una hoja lisa de Ophelia y partió el papel en pedazos chiquitos y formó bolitas, así, le tiró unas dos veces a Valentine, pero nunca llegaron a ella.

Entonces a lo torpe, hizo, con su mejor esfuerzo, un tubo de papel y colocó ahí las pelotitas que ella misma había creado.

Escupió sin pensarlo, mientras la profesora anotaba algo en el pizarrón, obtuvo la mirada confusa de Valentine, Joanne le sonrió como siempre lo hacía y la saludó con la mano en forma de sarcasmo. Valentine levantó el dedo del medio, Joanne no espero aquel gesto, se sorprendió. le divertía molestarla.

—Señorita Ermeth —habló la profesora con el ceño fruncido. —¿Puedes explicar frente a todos lo que acabo de decir? —le dijo a Valentine.

Ella estaba confundida, miraba a los demás para recibir respuestas o ayuda, pero nada. Miró hacia su cuaderno, confusa y sin saber qué decir. Detuvo su vista en Joanne que poseía una mirada superior con la misma sonrisa y un brillo en sus ojos que no pudo distinguir. La profesora se cruzó de brazo y suspiró vagamente.

—Sal de mi salón, y vuelve cuando hayas reflexionado, y quiero que luego me digas en que tanto pensabas —Se levantó sin ganas y fue hacia la puertas, al abrirla le dirigió una última mirada a Joanne.

Joanne, sin pensarlo, se paró y caminó hacia la salida del aula.

—Voy al baño —miró a la profesora y le explicó antes de que se enojara.

Salió de aquel lugar. Buscó a Valentine, que no la encontraba por ningún lado, hasta hallarla cerca de las escaleras, apoyada contra la pared.

Se paró frente a ella, sin intercambiar palabras. Solo observó sus ojos celestes y la agarró del mentón. Forzó a que Valentine la mirara a la fuerza y alzará su vista.

—¿No sabes disimular acaso?, enana —comentó con ironía.

—Tu eres la que no sabes disimular —se defendió con lo primero que se le ocurrió. Como pudo, se soltó del agarre y la miró con odio.

Joanne ya un poco satisfecha, se fue sin decirle nada. Dejó confundida a Valentine. Bajó las escaleras y se dirigió al baño para lavarse la cara sin poder contener sus ganas de reírse, aunque muy bien no entendía el porque le causaba esa sensación al molestarla y burlarse un poco de ella.

 Bajó las escaleras y se dirigió al baño para lavarse la cara sin poder contener sus ganas de reírse, aunque muy bien no entendía el porque le causaba esa sensación al molestarla y burlarse un poco de ella

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Mucho por decir del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora